Menú 
Buenos Aires (Viernes, 14-09-2018, Gaudium Press) Mons. Oscar Ojea, obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), se reunió el pasado 6 de septiembre con magistrados y miembros del Poder Judicial y el Ministerio Público, para reflexionar sobre «Compromiso cristiano y función judicial». El evento ocurrió en la sede de la Conferencia Episcopal.
Su exposición durante el evento – que fue promovido por la Comisión de Justicia y Paz de la CEA – se dividió en tres partes: «Una reflexión sobre la justicia como virtud en nuestra vida cotidiana y los desafíos de la tarea judicial frente a la corrupción», «El vínculo entre la justicia y la misericordia» y «El estado de nuestras cárceles como expresión de injusticia e inequidad social y nuestra responsabilidad frente a esta situación». Tras la exposición hubo intercambio de opiniones entre los asistentes.
Temáticas
Al iniciar su reflexión sobre la justicia como virtud, el presidente del episcopado argentino recordó que en diversos apartes de la Escritura, Justicia es sinónimo de Santidad, y señaló que para administrar justicia rectamente se debe ser justo en la vida particular. «Solamente un hombre y una mujer justos pueden administrar justicia. Solamente las personas que la buscan apasionadamente, porque aman el bien, pueden ser jueces que reflejen en sus sentencias aquello por lo que viven y aquello que han buscado incansablemente», dijo el prelado.
Señaló Mons. Ojea como uno de los principales enemigos que debe enfrentar la justicia a la corrupción, que es un mal enquistado vuelto costumbre. Las peores formas de corrupción «son las que causan graves daños sociales», y por tanto las que más deben ser perseguidas.
En esas luchas por la justicia «no nos faltará nunca la ayuda del Señor para sembrar el bien más allá de todos los cansancios, de los desánimos y de haber sentido muchas veces impotencia por cosas que no podemos resolver en forma directa».
Acerca de las relaciones entre justicia y misericordia, el obispo de San Isidro declaró que «la misericordia no es contraria a la justicia sino que expresa el comportamiento de Dios hacia el pecador ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse y creer». El ofrecimiento de misericordia a través de justicia es muchas veces la consecuencia de una gran experiencia en las labores judiciales, que ha permitido conocer los meandros del corazón humano.
Finalmente Mons. Ojea focalizó la difícil situación carcelaria que se vive en muchos centros penitenciarios en la Argentina, y además de incentivar la necesaria mejora de las condiciones de los reclusos, recordó la relación cárcel-sociedad, pues en cierto sentido la situación en las cárceles es espejo de la sociedad.
Con información de Aica
Deje su Comentario