Tallin – Estonia (Jueves, 27-09-2018, Gaudium Press) En el cierre de su 25ª Visita Pastoral, el Papa Francisco se encontró en Estonia, con las autoridades civiles y el cuerpo diplomático en el Jardín de las Rosas del Palacio Presidencial.
El Pontífice recordó que ya hace siglos estas tierras son llamadas «Tierra de María», o sea «Maarjamaa». Y, para Francisco esa evocación que le sugiere el recuerdo de dos palabras: memoria y fecundidad.
Memoria
Estonia es la Tierra de la Memoria.
Su población tuvo que soportar duros momentos de sufrimiento y tribulación. Entretanto, en los últimos veinticinco años, cuando regresaron a la familia de las naciones, la población que forma la sociedad estona realizó «pasos de gigante» alcanzando alto índice de desarrollo humano.
Entretanto el Papa quiso recordar que «Ser tierra de memoria significa saber recordar que el lugar que alcanzaron actualmente se debe al esfuerzo, al trabajo, al espíritu y a la fe de sus padres».
Bienestar, vivir Bien, fecundidad
Francisco recordó que es necesario recordar con insistencia que el bienestar no siempre es sinónimo de vivir bien.
Y observó que uno de los fenómenos que se denota en las sociedades tecnocráticas es la pérdida del sentido de la vida y la alegría de vivir, que muchas veces sumerge a las personas en un cansancio existencial.
La fecundidad desaparece si se coloca toda la «confianza» en el progreso tecnológico como el único medio posible de desarrollo.
Una responsabilidad
Francisco afirmó que una de las responsabilidades más importantes de los líderes sociales, políticos, educativos y religiosos es cómo tornarse «artesanos de vínculos».
Una tierra fecunda requiere escenarios a partir de los cuales los miembros de la comunidad se sientan «en casa», dijo.
«En este esfuerzo, queridos amigos, quiero garantizar que pueden contar siempre con el apoyo y la ayuda de la Iglesia Católica, una pequeña comunidad entre ustedes, pero con tanta voluntad de contribuir para la fecundidad de esta tierra», afirmó el Papa que, para concluir, agradeció la recepción y la hospitalidad, pidiendo al Señor que bendiga al pueblo estonio, «de modo especial los ancianos y los jóvenes para que, preservando y cuidando la memoria, hagan de esta tierra un modelo de fecundidad». (JSG)
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