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Salvador – Bahía (Martes, 02-10-2018, Gaudium Press) En el segundo Simposio Arquidiocesano del Apostolado de la Oración, cerca de 500 miembros de la organización compuesta por laicos católicos, pertenecientes a la Arquidiócesis de Salvador, en Brasil, estuvieron reunidos el último sábado, 30 de septiembre. El evento, inspirado en el tema «Evangelio, Eucaristía y misión», tuvo lugar en el auditorio Mons. Geraldo Majella Agnelo, localizado en la Curia Metropolitana de Salvador, en el barrio Garcia.
Foto: Sara Gomes
La apertura inició con la bienvenida del asistente eclesiástico, Padre Valson Sandes, seguida de las palabras del Arzobispo de Salvador y Primado del Brasil, Mons. Murilo Krieger, que destacó la presencia del Apostolado de la Oración en las parroquias de la Arquidiócesis.
Según Mons. Murilo, los miembros del Apostolado deben tener la enseñanza y la práctica de la oración ligada a la vida, además de ser testimonios fieles de la Eucaristía. «Yo pienso que el gran papel de ustedes es la promoción de la familia. Es en la familia que la mayoría de nosotros aprendió a amar al prójimo. Para el Apostolado de la Oración la expresión más fuerte es la que cariñosamente llamamos de Corazón de Jesús; y con este título, Jesús quiere acentuar la misericordia. Misericordia no es una palabra de moda, sino que es una respuesta de amor al mundo», afirmó.
A su vez, el asistente eclesiástico del Apostolado de la Oración en la Arquidiócesis de Salvador, Padre Valson Sandes, explicó que el objetivo del simposio es suscitar nuevos deseos en los miembros de la organización. «Queremos recrear y reanimar el trabajo evangelizador, volcado a fortalecer la misión; y en nuestra Arquidiócesis se torna todavía más comprometedor porque nuestro Arzobispo está ofreciéndonos la Iglesia del Passo, recién-restaurada, para que sea nuestra sede».
Aprovechando la ocasión, Mons. Krieger hizo un pedido al público: «Sean fieles al Sagrado Corazón de Jesús. Nadie escogió ser del Apostolado de la Oración. Fue el Corazón de Jesús que lo escogió a Usted, porque Él sabe cuánto nosotros precisamos de Él, porque Él nos ama y el amor no tiene explicación». (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Salvador
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