Menú 
San Pablo (Viernes, 16-10-2009, Gaudium Press) El obispo de Roraima, Mons. Roque Paloschi, emitió ayer un comunicado oficial en el cual repudia la agresión sufrida por un misionero comboniano de la diócesis en el momento en que aguardaba una balsa en la región de la capital Boa Vista.
Según el relato del propio misionero Joaquim Fonseca, de 61 años, mientras estaba esperando el pasado día 10 la embarcación para ir a la región indígena de San Marcos, cercana a Boa Vista, fue sorprendido por un estanciero, que lo insultó con malas palabras después de saber que el religioso era padre de la diócesis. Enseguida, lo agredió físicamente. El padre Joaquim no reaccionó.
Para el obispo de Roraima, «la actitud del agresor revela intolerancia y falta de respeto, inconcebibles en un Estado Democrático de Derecho, que deben ser urgentemente extirpados del seno social». Mons. Roque dijo, también, que «la libertad de expresión es un derecho de todo ciudadano» y que «a nadie, es permitido abordar y ofender a una persona por el simple hecho de ésta profesar una fe o defender ideales religiosos».
Vea a seguir la nota íntegra:
«Felices sois vosotros, cuando vos injuriaren y persiguieren y, mintiendo, dijeren todo el mal contra vosotros por causa de mí» (Mt 5,11).
La DIÓCESIS DE RORAIMA repudiar públicamente la agresión física sufrida por uno de sus misioneros, el padre comboniano JOAQUIM FONSECA, mientras aguardaba la balsa del «Passarão» para la travesía, en la mañana del día 10 de octubre próximo pasado.
El misionero, de 61 años, fue agredido al responder afirmativamente a la indagación si era padre de la Diócesis de Roraima. El agresor inició su abominable conducta dirigiendo malas palabras al sacerdote y declarando que «la Iglesia era la peor desgracia que tenía Roraima». Al percibir que el padre Joaquim anotaba la chapa de su auto, el agresor le dio un soco, derrumbándolo a tierra.
El padre Joaquim, en ningún momento, reaccionó. El caso fue registrado delante la autoridad policial competente para las debidas providencias.
La libertad de expresión es un derecho de todo ciudadano. A nadie, sin embargo, es permitido abordar y ofender a una persona por el simple hecho de esta profesar una fe o defender ideales religiosos.
La actitud del agresor revela intolerancia y falta de respeto, inconcebibles en un Estado Democrático de Derecho, que deben ser urgentemente extirpados del seno social.
La Diócesis de Roraima continuará su Acción Evangelizadora, en la fidelidad a la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, y no se abatirá ante aquellos que se juzgan dueños de esta tierra.
Unidos en la certeza de que es Cristo el que camina a nuestra frente, invocamos la protección de la Virgen María, madre de los perseguidos, para que la Iglesia Diocesana de Roraima sea fiel a su misión.
«Nada te turbe, nada te espante, quien con Dios anda nada le falta» (Santa Teresa).
Buena Vista, RR, 15 de octubre de 2009.
Mons. Roque Paloschi
Obispo de la Diócesis de Roraima
Deje su Comentario