Ciudad del Vaticano (Lunes, 08-10-2018, Gaudium Press) En el tercer día de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se desarrolla en el Vaticano, con el tema: «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional», se llegó a una descripción de donde nace la esperanza de los Padres sinodales:
«Los jóvenes no deben ser objeto, sino sujeto de la proclamación del Evangelio».
La idea definida es la de un renovado protagonismo misionero en la Iglesia, en campo social y político, para que las nuevas generaciones sean fermento y luz del mundo, artífices de la paz y la civilización del amor.
Iglesia: la Casa Materna, Madre, Hogar
Para los padres sinodales, «La Iglesia es llamada a ser madre y hogar, empatía y escucha, voz de los que no tienen voz, especialmente para los que se encuentran en situaciones difíciles, piedras descartadas que, gracias al anuncio de la Buena Nueva, pueden tornarse ‘piedras angulares’ en la construcción de un mundo mejor».
La idea que dominó entre los padres sinodales es que el consumismo en Occidente corre el riesgo de apagar el entusiasmo de la juventud, que, muchas veces, es desorientada, sin ideas y sin fe, también por causa de las nuevas ideologías.
Por eso, existe urgente necesidad de una pastoral renovada, capaz de oír y transmitir la mirada amorosa de Jesús, como también de expresarse con un lenguaje joven, más allá de aquel digital.
Según los obispos participantes del Sínodo, «Los jóvenes ayudan a los adultos a situarse en el presente y esperan de la Iglesia una señal profética de comunión, en un mundo dilacerado. Ellos son el corazón misionero de la Iglesia». En este sentido, lanzaron la propuesta de instituir un Pontificio Consejo especialmente para ellos.
Los participantes en los trabajos sinodales recordaron también «el pedido de una renovación espiritual», que emergió de los cuestionarios preparatorios del Sínodo.
Liturgia, oración, santificación
Por último, durante las intervenciones sinodales, se realzó la importancia de relanzar la Catequesis y la Liturgia, que, junto con la devoción popular, salvaguardaron la fe de muchos cristianos, en contextos de persecución.
Por eso, sugirieron que es preciso además hablar a los jóvenes sobre la importancia de la oración. Pero, por su parte, es esencial que también la Iglesia rece por los jóvenes y por su vocación.
Con efecto, los jóvenes anhelan por la dimensión del silencio y la contemplación, pero, cuando no la encuentran en la Iglesia, buscan en otros lugares.
Según los Padres sinodales, la Iglesia debe dar mayor asistencia y acompañamiento espiritual a los jóvenes, colocando en evidencia los valores eternos, que llevan a la verdadera felicidad, mediante una propuesta evangélica, según su período de madurez.
Es en este sentido que los muchos Santos que enriquecen la historia de la Iglesia, pueden servir de ejemplo de gran actualidad. (JSG)
De la Redacción Gaudium Press, con información de Vatican News.
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