San Francisco (Miércoles, 10-10-2018, Gaudium Press) Un grupo de 25 reclusos de la prisión de San Quintín en California, Estados Unidos, se unió recientemente para interpretar a manera de Schola los cantos gregorianos de una Eucaristía celebrada en la prisión. El entusiasmo con el cual los reclusos participaron de esta experiencia motivó al artista sacro y Preboste de la Pontifex University, David Clayton, a plantear la posibilidad de ampliar esta experiencia a un ministerio católico de pastoral penitenciaria que promueva la Liturgia de las Horas cantadas en las comunidades carcelarias.
La vida contemplativa monástica puede ser una notable inspiración para los reclusos. Foto: David Clayton / New Liturgical Movement. |
«Yo sé que hay muchos ministerios de prisiones que hacen un buen trabajo, pero no conozco ninguno que esté enfocado litúrgicamente de esta forma», indicó Clayton para New Liturgical Movement. «¿No sería grandioso si los prisioneros fueran capaces de cantar la Liturgia de las Horas y se les pudiera enseñar a hacerlo sin que nadie de fuera participara? la Liturgia de las Horas, como nos lo dice el Catecismo, es la más poderosa y efectiva forma de oración que existe después de la Eucaristía. Esta iniciativa les permitiría cantar en comunidad, si les es permitido, o individualmente».
Clayton comparó la forma de vida de los reclusos con la que voluntariamente asumen algunas órdenes religiosas, que incluso emplean celdas como habitaciones y viven en soledad y silencio con algunas condiciones exteriores similares a las de los presos pero animadas por una rica vida interior y una notable espiritualidad. «Algunos se preguntarían si los prisioneros quisieran hacer esto. Bueno, la única forma de saberlo es ofrecércelos y observar», agregó Clayton. «Creo que algunos van a querer, dado el entusiasmo en cantar la Eucaristía. Por la gracia de Dios, algunos tendrán vidas más felices y al ver esto querrán ir más profundo. Después de todo, nosotros adoramos a Dios por nuestro propio beneficio».
«El primer objetivo es establecer un grupo de cantores y un coro de enseñanza que pueda cantar con confianza el Oficio Divino y entonces nos acercaremos a una variedad de instituciones con la posibilidad de transmitirlo a otros», comentó el artista. «La esperanza para los prisioneros es que primero hagamos posible que todos canten con nosotros y después entrenarlos a un nivel donde ellos puedan hacerlo sin nosotros y podrían incluso enseñarle a nuevos reclutas a unirse sin ninguna ayuda nuestra. Los materiales son lo suficientemente simples para que esto sea posible y lo suficientemente buenos para que ellos quieran hacerlo realidad».
Según el proponente, no se necesitan mayores conocimientos musicales para participar de una iniciativa como esta, ya que las personas que pueden cantar con cierta confianza pueden aprender modelos sencillos de canto litúrgico de los salmos. Con suficiente ensayo pueden entonar en comunidad la Liturgia de las Horas. La enseñanza de la oración litúrgica puede llevar fácilmente a la promoción de otras formas de oración contemplativa, lectura espiritual y meditación así como a la formación en las Sagradas Escrituras para entender los textos que se cantan en el Oficio Divino.
«Este acercamiento de ‘intentarlo y observar’, un poco a la manera de Pascal, puede funcionar», concluyó el artista. «Yo lo sé porque funcionó conmigo. Esta es la táctica de evangelización que se usó para convertirme hace 20 años. ¡Vale la pena intentarlo!».
Con información de New Liturgical Movement.
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