Ciudad del Vaticano (Miércoles, 10-10-2018, Gaudium Press) En la catequesis de la Audiencia General de hoy -que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro-, el Papa Francisco profundizó en el sentido del mandamiento No Matar, llamado de Quinta Palabra. «Estamos ya en la segunda parte del Decálogo, la que se refiere a las relaciones con el prójimo; y este mandamiento, con su formulación concisa y categórica, se erige como un muro en defensa del valor fundamental de las relaciones humanas. ¿Y cuál es el valor fundamental de las relaciones humanas? El valor de la vida», expresó el Pontífice.
Se atenta contra la vida «por las guerras, por las organizaciones que explotan al hombre, por las especulaciones sobre la creación y la cultura del descarte, y por todos los sistemas que someten la existencia humana a cálculos de oportunidad».
Foto: Gustavo Kralj – Gaudium Press. |
Pero también, existe un «enfoque contradictorio» que «permite la supresión de la vida humana en el útero materno en nombre de la salvaguardia de otros derechos. Pero, ¿cómo puede ser terapéutico, civil o simplemente humano un acto que suprime la vida inocente e indefensa en su nacimiento? (…) No se puede, no es justo quitar la vida a un ser humano, incluso pequeño, para resolver un problema. Es como pagar a un sicario para resolver un problema», enfatizó con fuerza el Papa.
Ante la eventualidad de una gestación con problemas, lo que necesitan los padres es «una verdadera cercanía, una verdadera solidaridad». «Un niño enfermo es como toda persona necesitada en la tierra, como un anciano que necesita ayuda, como tantas personas pobres que tienen dificultades para vivir: él, ella que se presenta como un problema, es en realidad un don de Dios que puede sacarme del egoísmo y hacerme crecer en el amor». Expresó Francisco.
¿Que lleva al hombre a menospreciar la vida?
¿Que lleva al hombre a menospreciar la vida? A esa pregunta, el Papa respondió que son los ídolos de este mundo: el dinero, el poder, el éxito. A estos los calificó como «parámetros erróneos para evaluar la vida». En sentido contrario, el hecho de que Jesús se haya encarnado debe elevar nuestros horizontes a la grandeza de la dignidad de la vida humana.
No desprecien la vida, clamó el Papa. «La vida de los demás, pero también la suya propia, porque incluso para ella vale el mandamiento: ‘No matar’. Hay que decirles a tantos jóvenes: ¡No desprecien su existencia! ¡Deja de rechazar la obra de Dios!»
Con información de Vatican News.
Deje su Comentario