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Zaragoza (Viernes, 12-10-2018, Gaudium Press) Este 12 de octubre se ha conmemorado en España la fiesta de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, evento nacional, que recuerda una antigua tradición que dice que Nuestra Señora en el año 40, se le apareció en carne mortal al Apóstol Santiago entregándole una columna de jaspe, que es el pilar que hoy sostiene la imagen de la Virgen, para que fuera símbolo de la fortaleza que debía tener su fe.
Para celebrar la efeméride han tenido lugar en la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza varios eventos, entre ellos la Misa estacional que presidió Mons. Vicente Jiménez Zamora, Arzobispo de Zaragoza, a las 12:00 horas, con la compañía del Pueblo de Dios.
«La basílica del Pilar es hoy ascua de amor mariano, cuatro torres encendidas como llamas; calor de amor y fervor en la casa de la Madre», dijo el prelado al iniciar la homilía de la fiesta eucarística.
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| Virgen del Pilar de Zaragoza / Foto: Gaudium Press. |
El Arzobispo señaló que la Virgen del Pilar «es tradición viva del pasado; es pasión y alma del presente; y esperanza prometedora de futuro». Esto haciendo referencia a las palabras que pronunció San Juan Pablo II durante la primera visita que realizó al Pilar en 1982: «Esta herencia de fe mariana de tanta generaciones ha de convertirse no sólo en recuerdo de un pasado, sino en punto de partida hacia Dios».
Mons. Jiménez Zamora también presentó a la Virgen del Pilar como guía de la Iglesia en el camino de la fe: «Bendita y alabada sea la hora, en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. Por siempre sea bendita y alabada (…) Desde esa alabada hora tenemos como guía la columna que nunca ha faltado al pueblo ni de día ni de noche (…) Como signo de su presencia y testimonio de su cuidado maternal, nos dejó el Pilar, columna sagrada en la que apoyarnos y sostenernos en el camino de la vida».
Recordó el importante lugar que tuvo Nuestra Señora en la comunidad apostólica y en la primera comunidad cristiana; lugar que continúa en nuestros días:
«Desde el silencio de su entrega callada, Madre y Discípula, ella acompaña, sostiene y alienta a nuestra Iglesia, de la que es Madre y miembro eminente. Reza con ella, vela con ella (…) También hoy, la Virgen del Pilar viene a nuestro encuentro, a orillas del Ebro, para alentarnos en la apasionante tarea de la evangelización. Ella es la mujer creyente, que vive y camina en la fe, y, por ello, es punto de referencia constante para la Iglesia, que ‘peregrina entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios'», indicó el Arzobispo citando a San Agustín.
El prelado aprovechó la ocasión para poner bajo el maternal manto y protector de la Virgen el Plan Pastoral y la Programación Pastoral de la diócesis para el curso 2018-2019, «para que revitalicemos nuestra Iglesia diocesana de Zaragoza y construyamos ‘comunidades vivas y activas'».
Los homenajes a la Virgen del Pilar comenzaron a las 20:30 horas del jueves 11 de octubre con la procesión desde el altar mayor del Pilar, hasta la Santa Capilla. Continuaron a las 4:15 horas del viernes 12 con la misa de Infantes; y a las 5:45 con el Rosario de la Aurora, para seguir con las ofrendas a Nuestra Señora, que comenzaron a las 7:30 con la ofrenda de flores, la cual se extendió durante el día. El sábado 13 será el turno de la ofrenda de frutos, que tendrá lugar en la Catedral del Pilar a las 12:00 horas.
Este 2018, como novedad y gracias a las nuevas tecnologías, se ha realizado una ofrenda de música para confeccionar un «manto sonoro» en homenaje a la Madre del Pilar.
Con información de la Archidiócesis de Zaragoza.
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