Nápoles (Lunes, 29-10-2018, Gaudium Press) La Diócesis de Nápoles en Italia, celebra un paso más de la Causa de Beatificación de la Enrichetta Beltrame Quattrocchi, hija de los beatos esposos Luigi y Maria Beltrame, quienes fueron beatificados por San Juan Pablo II en el 2001.
La solemne clausura de la investigación diocesana sobre la vida, virtudes y fama de santidad de la Sierva de Dios -que había sido abierta por la Diócesis de Nápoles el pasado 13 de mayo-, tuvo lugar el sábado 27 de octubre en la Catedral de Nápoles, siendo presidida por el Arzobispo Metropolitano, Cardenal Crescenzio Sepe.
Tal como comentó el purpurado en entrevista con un medio local, luego de presidir el acto de cierre de la investigación diocesana, solo queda un milagro que testifique las virtudes de la Sierva de Dios: «Hay necesidad de este signo del milagro, aquello que testifique de alguna manera cuánto ha podido vivir, sobre todo en la heroicidad de la virtud, de la fe, de la esperanza y de la caridad».
Sierva de Dios Enrichetta Beltrame Quattrocch /Foto: enrichettamestolinodidio.it. |
Por su parte, el Padre Massimiliano Novielo, postulador de la Causa de Beatificación de Enrichetta, aseguró que «es un momento importante porque se cierra una fase, que es la diocesana, y se abre la segunda fase, aquella romana».
Enrichetta Beltrame Quattrocchi nació en Roma el 6 de abril de 1914, Lunes Santo, siendo la última de los cuatro hijos de los esposos beatos Luigi y Maria Beltrame. Su nacimiento fue todo un milagro, puesto que en el cuarto mes de gestación, se le diagnosticó a su madre placenta previa, planteándole los médicos la opción del aborto «para salvar al menos la vida de la madre». Una opción que rechazaron de inmediato los esposos Beltrame. Esta decisión supone un importante cambio espiritual tanto para Luigi y María, bautizando con gran alegría a la pequeña Enrichetta el 7 de junio de ese año.
El 1º de junio de 1920 toda la familia Beltrame se consagra al Sagrado Corazón de Jesús, acto que ofició el Padre Matheo Crawely, quien fue de gran influencia para la vida espiritual de la Sierva de Dios, y sus hermanos que optan por la vida consagrada.
En su juventud, entre los años 1936 y 1937, Enrichetta, junto con sus padres, se une a la Unión Italiana de Transporte de Enfermos a Lourdes (UNITALSI), realizando sus primeros viajes al Santuario Francés acompañando a las personas enfermas. Haciéndolo con una gran generosidad, y alegría, muy a pesar de tener problemas de salud.
En 1938 hace parte de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, sirviendo en las zonas menos favorecidas del Trastevere y Montagnola. Ese año también se dedicó, junto con su madre, a varias actividades hacia jóvenes necesitados animadas por la Acción Católica Internacional.
Poco tiempo después, en 1940, se gradúa como enfermera de la Cruz Roja, apoyando el cuidado de los enfermos durante la Segunda Guerra Mundial.
En 1956, luego de enfrentar la muerte de su padre y de vivir algunas experiencias personales que la fortalecieron espiritualmente, Enrichetta, aconsejada por su padre espiritual, y tras discernir la vida consagrada, se da cuenta que su vocación es cuidar a su familia. En 1966 fallece su madre, la beata Maria Beltrame. Desde entonces se dedica al apostolado, participando en algunas experiencias misioneras, como la que realizó por tres semanas a China en el año 1979, donde conoce la situación de los cristianos perseguidos. «En el corazón quedé con un fuerte deseo de orar por ellos, por nosotros, porque Dios les dará los que les falta: la luz del Evangelio a todo el mundo», escribió al culminar los días de misión.
En el 2001 vive con alegría la beatificación de sus padres por parte de San Juan Pablo II, incrementando desde entonces su labor de apostolado, hasta el momento de su muerte, que ocurre el 16 de junio del año 2012, en la fiesta del Inmaculado Corazón de la Virgen María.
De la redacción de Gaudium Press, con información de Iglesia de Nápoles y enrichettamestolinodidio.it.
Deje su Comentario