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Lima (Martes, 30-10-2018, Gaudium Press) El pasado domingo 28, millares de fieles fueron a las calles de Lima, en Perú, para participar de la procesión de la imagen del Cristo de Pachacamilla, también conocido como Señor de los Milagros.
Las ceremonias en conmemoración de esta solemnidad fueron iniciadas con una Misa presidida por el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani. En su homilía, el purpurado explicó que el misterio del amor de Dios está identificado con la Cruz, especialmente con aquellas personas que padecen de algún tipo de sufrimiento.
«La experiencia de tu amor, de tu grandeza, de tu misericordia, de tu bondad, de tu perdón, la luz que ilumina, la fuerza que nos mantiene en pie, solamente la podemos experimentar si nos unimos al dolor de Cristo en la Cruz».
El Arzobispo de Lima pidió también que los fieles se unan a la Cruz de Cristo no solamente a través de palabras, sino por obras concretas. «Qué puedo hacer en mi familia, qué puedo hacer por los demás. El prójimo -decía el Papa- es el que se une a la Cruz de Cristo. Porque a partir de la Cruz se aprende a amar, a perdonar, a unir, a querer; es una luz que ilumina».
Aconsejó además que los fieles defiendan la Iglesia a través de la oración y la penitencia. «Hagamos el propósito de huir del pecado, para que de esa manera nuestra Madre [Iglesia] sea esa luz que ilumina. El futuro de cada uno de nosotros tenemos que hacerlo con nuestras manos, con nuestro corazón, con el amor, con tantos sueños, con la oración».
El Primado de Perú pidió también que los fieles se mantengan unidos siempre, pues así serán capaces de hacer una nación y una familia mejor. «Unidad con sus pastores, sabiendo ayudarlos con la oración; unidad con sus sacerdotes, sabiendo apoyarlos, sabiendo corregirlos, rezando por ellos; unidad con los religiosos y religiosas que tanto bien han hecho en esta Fe de nuestro pueblo. Unidad con la familia; por favor padres, madres, abuelos, unidos a sus hijos educándolos en la Fe. Y unidad del pueblo de Dios. Pedimos al Señor esa unidad y lo pedimos como el Papa nos dice: con el perdón, con la penitencia y con la oración».
Concluyendo su homilía, el Cardenal Cipriani agradeció al Cristo de Pachacamilla por salir todos los años al encuentro de cada uno de nosotros. «Tantas veces, Señor de los Milagros, nos reunimos y siempre te pedimos, pues ahora te agradecemos. Gracias por estar aquí. Y gracias a todos ustedes que hoy se reunieron. Qué gran dolor y qué gran amor. Cuánta gente que pierde la esperanza, pero no, el Señor nunca decepciona. Pido a nuestra Madre Santa María que bendiga a todas las mujeres. Especialmente necesitamos esa fortaleza y esa fuerza de la mujer, con el ejemplo de Santa María. Por eso permítame decirles una sola palabra: ¡Viva el Señor de los Milagros!». (EPC)
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