Manila (Jueves, 01-11-2018, Gaudium Press) El Superior de la Comunidad Franciscana Capuchina de San Giovanni Rotondo, P. Carlos Laborde, manifestó su asombro por la extraordinaria acogida de los devotos de San Pío de Pietrelcina en Filipinas a la peregrinación de la reliquia del corazón del Santo. Según las estimaciones del Rector del Santuario Nacional de San Padre Pío en Santo Tomás, Batangas, P. Jojo Gonda, cinco millones de devotos acudieron a venerar la reliquia del Santo durante los días de su visita en el país.
Eucaristía de clausura de la visita de la reliquia del corazón de San Pío de Pietrelcina a Filipinas. Foto: CBCP News. |
«El corazón del Padre Pío ha visitado varios países en el mundo atrayendo numerosas multitudes, pero en Filipinas no ha tenido precedentes» indicó el P. Laborde. «Nuestro corazón ha sido conmovido al observar una gran multitud en todos los lugares». Filipinas fue el cuarto país en recibir la visita de la reliquia después de Estados Unidos, Paraguay y Argentina. Sin embargo, en el país asiático la peregrinación fue más larga y congregó muchas más personas.
La reliquia del corazón dejó Filipinas el pasado 26 de octubre después de una Eucaristía solemne presidida por el Cardenal Orlando Beltrán Quevedo, Arzobispo de Cotabato. En su homilía, el Cardenal invitó a los devotos a ser discípulos fieles de Cristo en la actualidad. El purpurado lamentó los que llamó «signos oscuros de nuestros tiempos», identificados por una cultura en la cual la fe no siempre es acompañada de acciones concretas. «Este es uno de los grandes errores de la vida cristiana en Filipinas. Decimos que somos cristianos, pero no practicamos lo que creemos», advirtió el Card. Quevedo. «Esa es la razón por la cual hay tantos problemas en nuestro país, criminalidad, corrupción y más».
Ante esta situación, el Cardenal exhortó a los fieles a imitar las virtudes de los grandes Santos como San Pío de Pietrelcina y a manifestar con las obras la fe que se expresa con palabras. «El llamado a la santidad es entonces el llamado de nuestros tiempos», concluyó el purpurado. «No podemos ser Santos simplemente deseando serlo. Tenemos que colaborar con la gracia de Dios y trabajar diariamente para ser Santos y caritativos (…). La oración es la llave al corazón de Dios, como nos lo recuerda el Padre Pío. No podemos ser Santos, no podemos estar unidos con el Corazón sufriente de Jesús, a menos de que oremos».
Con información de AsiaNews
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