Ciudad del Vaticano (Viernes, 09-11-2018, Gaudium Press) En un decreto emitido el pasado jueves 08 de noviembre, el Papa Francisco declaró el reconocimiento formal del martirio de ocho seminaristas asturianos y un sacerdote, además de un médico catalán, asesinados entre 1934 y 1937. El reconocimiento del martirio permite su próxima beatificación sin necesidad de la certificación de un milagro.
Seminaristas mártires de Oviedo. Foto: Arzobispado de Oviedo. |
El primer grupo de Mártires, seis de los seminaristas, fue fusilado el 7 de octubre de 1934, durante los sucesos de la llamada Revolución de Oviedo, cuando el convento de Santo Domingo y el Palacio Arzobispal fueron atacados. Los dos seminaristas restantes y el sacerdote fallecieron en los años 1936 y 1937 durante la Guerra Civil Española.
El médico Mariano Mullerat Soldevila, por su parte, era oriundo de Santa Coloma de Queralt, Tarragona, y fue martirizado en la Arbeca, Lérida, el 13 de agosto de 1936 a manos del bando republicano. El último acto del doctor fue emitir una receta para un enfermo de camino a su lugar de martirio, expresando a la madre de éste: «Dale este medicamento a tu hijo y reza, que Dios te ayudará».
Además del reconocimiento de los mártires, el Papa Francisco decretó la declaración de virtudes heroicas de las religiosas María Antonia Pereira, miembro de la Orden de Carmelitas Descalzas, y Arcángela Badosa Cuatrecasas, miembro de la congregación de las Hermanas de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo. Ambas son reconocidas ahora con el título de Venerables.
Con información de Alfa y Omega.
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