Lisboa – Portugal (Miércoles, 14-11-2018, Gaudium Press) Promovida por la Comisión Episcopal de las Vocaciones y Ministerios de la Conferencia Episcopal Portuguesa, la Semana de los Seminarios, iniciada el pasado domingo, deberá proseguir hasta el próximo día 18.
El desarrollo de la Semana de los Seminarios tiene como objetivo destacar la importancia de implicar cada vez más las «familias y parroquias» en la formación de los futuros sacerdotes.
El presidente de la Comisión Episcopal de las Vocaciones y Ministerios apunta el papel «fundamental» que las comunidades deben tener en la colaboración con la acción de los «agentes de formación: obispos diocesanos y su presbiterio, equipos formadores, profesores de teología, colaboradores de los seminarios».
Vocacionado es generado en la familia y la comunidad
Recuerda el presidente Mons. Antonio Augusto Azevedo que «todo bautizado llamado a la vocación sacerdotal es un discípulo generado en la familia y la comunidad cristiana que se dispone a hacer un camino de discernimiento y preparación para participar, como pastor, en la misión que Jesús confió a la Iglesia».
Responsabilidad de las Familias y la comunidad
Subordinada al tema «Formar discípulos misioneros», la Semana de los Seminarios subraya también la responsabilidad de las instituciones de la familia y la comunidad cristianas en la preparación de los nuevos sacerdotes para «los desafíos colocados (delante de ellos) por la sociedad y la cultura de hoy».
A través de un recorrido «exigente de madurez humana», de «preparación intelectual», de «profundización espiritual y sobre todo de configuración con Cristo, Buen Pastor».
Actitud de cada Seminarista
«Pero es al propio seminarista que cabe la actitud decisiva de disponerse a ser un verdadero discípulo, capaz de salir de sí mismo, y en la docilidad al Espíritu, caminar en Cristo, en dirección al Padre y a los otros», resalta el presidente de la Comisión Episcopal de las Vocaciones y Ministerios.
Realidad de los Seminarios
Sobre la realidad actual de los Seminarios, Mons. Antonio Augusto Azevedo reconoce la necesidad de continuar encarando con «realismo, responsabilidad y compromiso» el desarrollo de nuevas vocaciones para la Iglesia, en las diversas diócesis del país.
Una misión que apasiona
Para Mons. Azevedo que es también Obispo de Porto, «esta misión es de tal modo apasionante que continúa llevando jóvenes y adultos a responder al llamado de Dios y a entrar en el seminario» que invita a cada comunidad cristiana a rezar de modo especial «por los seminarios» y a dar «gracias a Dios por los seminaristas y los equipos formadores».
Necesidad de la Oración
Entonces, delante de Dios, «pidamos que Él los ilumine en el camino de un discernimiento serio y una entrega plena. Roguemos también al Señor que convierta el corazón de todos los bautizados al verdadero sentido de misión y a aquellos que Él llama al ministerio ordenado dé coraje para responder con coraje y generosidad», concluye Mons. Antonio Augusto Azevedo. (JSG)
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