Redacción (Lunes, 19-11-2018, Gaudium Press) Guatemala, tierra donde se santificó el español Hermano Pedro de Betancourt, la Beata Encarnación Rosal, es también la cuna de una mujer extraordinaria que supo aliar la aristocracia de la virtud a la de su sangre: la Madre María Teresa de la Santísima Trinidad Aycinena Puyol.
Nace en la Nueva Guatemala de la Asunción el 16 de abril de 1784, dentro de una familia tradicional y muy conocida, y entra en las Carmelitas Descalzas, renunciando a un futuro mundano, muy ancho. Profesa en 1807.
Alma inocente, alegre, sufrida y objeto de grandes gracias místicas. Recibió los estigmas de la Pasión en su cuerpo. En 1812 el Señor le fijó un clavo en la cabeza, diciéndole «aquí tienes esta insignia de mi dolorosa pasión» y en 1813 el Señor le engalanó sus sienes con la Corona de Espinas y le dijo, ahora es así, pero en la otra vida será de gloria, tuvo una gracia similar a la de Santa Catalina de Siena (1).
El 28 de abril de 1816 en uno de los numerosos éxtasis que tuvo en su vida, el Señor celebró con ella un Matrimonio Espiritual apareciendo en su dedo anular un anillo señal de ese desposorio; en tal ocasión María Santísima fue su Madrina.
Durante 3 años, de 1816 a 1819, en el desarrollo frecuente de sus éxtasis, o sea del contacto cara a cara con el propio Dios y Señor Nuestro, le colocaban pañuelos en sus manos que sangraban por la presencia de los estigmas y se mojaban formando figuras de coronas de espinas, corazones sangrantes, cruces. Ese fenómeno fue presenciado por el Arzobispo y autoridades religiosas en numerosas ocasiones y hay documentos firmados que atestiguan dichos acontecimientos (2).
Esos lienzos, alrededor de 200, decía la Madre María Teresa, que eran pintados por los ángeles con sangre que le sacaban de sus estigmas e incluso de su corazón y tenían mensajes para la Iglesia que son poco conocidos.
En una ocasión ella escuchó en su puerta unos golpes y como estaba una hermana suya enferma, la Hermana María Josefa, pensó que podría tratarse de ella. Paró lo que estaba haciendo y fue a su celda, a mitad de camino le salió al encuentro un animal horrible: con mirada feroz y amenazadora, ella se le enfrentó sin vacilar, y en ese mismo momento se apareció San Luis Gonzaga con uno de sus lienzos en la mano y se le acercó al demonio en forma de animal, manifestando así propiedades exorcísticas. Por medio de ellos ya se han curado personas (3).
Murió en olor de santidad el 29 de enero de 1841, con 57 años y sus restos fueron enterrados en la Iglesia de Santa Teresa en la capital.
Es una vida de esas grandes santas al estilo de Santa Teresa de Jesús, que sufrió por la Iglesia, por Guatemala, en reparación de las faltas pasadas, presentes y futuras.
Comenta Mons. Juan Scognamilio Clá Dias, EP, Fundador de los Heraldos del Evangelio, que Guatemala es un país que tiene una gran sensibilidad por lo sobrenatural (4). Ciertamente sus fieles tienen el llamado a sacrificarse por el bien, a ser cirineos de Nuestro Señor Jesucristo: Guatemala aprecia mucho a sus Cristos, en los pasos de las cofradías de la Semana Santa. Monseñor Juan considera que Guatemala está llamado a expandir ese sobrenatural por toda Centroamérica y a no dejarse influenciar y deformar por el mundanismo, el goce de la vida, las vanidades, el consumismo.
Por la cruz vamos a la luz y ahí encontraremos la felicidad; en cambio por el camino del mundo, demonio y la carne el de la frustración. Que la Madre Teresa nos acompañe desde su felicidad celeste con sus gracias para imitarla y así podamos atraer el cielo a la tierra.
El 19 de enero del 2018, la Congregación para la causa de los Santos concedió voto afirmativo para la introducción del proceso de canonización de ésta Santa Teresa ‘Chapina’.
Por Gustavo Ponce Montesinos
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1.- Aviso que se lee en la vitrina del museo de la Iglesia de Santa Teresa y de la que el autor del presente artículo tiene copia.
2.- Folleto Madre Maria Teresa de la Santísima Trinidad. Las pinturas de los ángeles. Guatemala.
3.- Idem
4.- Conferencia de Mons Juan Scognamiglio Clá, EP, Guatemala, enero 2001.
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