Redacción (Jueves, 22-11-2018, Gaudium Press) La historiadora de Arte Emma Maayan-Fanar descubrió recientemente, en la pared de una iglesia abandonada en Israel, una de las pinturas más antiguas de Nuestro Señor Jesucristo.
Con cerca de 1500 años de antigüedad, el retrato muestra el contorno facial de un joven Jesús con cabello corto. «En contraste con la imagen occidental de Jesús como alguien con cabello largo y suelto y, a veces, barba, la pintura lo muestra en estilo oriental, con cabello corto y acaracolado, rostro lago y nariz alargada», explicó.
Según la especialista, el descubrimiento fue «una cuestión de suerte y experiencia. Estudiamos el lugar y yo estaba mirando de cerca la ábside, esperando ver algunas manchas de color. En seguida, levanté la cabeza y vi los ojos. Era el rostro de Jesús en su bautismo, mirándonos».
La imagen fue vista en las ruinas de una iglesia bizantina en el desierto de Negev, en Israel, y remontaría al siglo VI. La representación más antigua de Nuestro Señor Jesucristo hasta entonces databa del siglo III, y era originaria de Dura Europos, actual Siria.
Según especialistas, la importancia de esta pintura está en el hecho de que precede la iconografía religiosa utilizada en la Iglesia Cristiana Ortodoxa. «Pertenece al esquema iconográfico de un Cristo de cabello corto, que estaba especialmente difundido en Egipto y en Siro-Palestina, pero que pasó al arte bizantino posterior», aclararon los investigadores.
A pesar de ser visibles apenas fragmentos de la obra, se distingue al lado izquierdo del rostro de Jesús y otro de proporciones mayores, muy probablemente el de San Juan Bautista. La obra en su totalidad probablemente formaría parte de una escena más amplia, pintada sobre la pila bautismal del templo.
«Hasta ahora, es la única escena de Bautismo de Cristo ‘in situ’ hasta la fecha, en la Tierra Santa pre-iconoclasta», escriben los autores del estudio en artículo publicado en la revista arqueológica ‘Antiquity’. (EPC)
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