Washington (Jueves, 29-11-2018, Gaudium Press) La Hermana Annie Demerjian, de la Hermanas de Jesús y de María, vivió todo el siniestro conflicto que hizo de Siria un mar de sangre, los últimos siete años. Estuvo ella ayer en el servicio de oración en honra de los mártires cristianos en la Basílica Santuario de la Inmaculada Concepción en Washington, contando su testimonio, auspiciada por la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada. Allí fue entrevistada por el Catholic News Service. Dice ella que la misión ahora es reconstruir Siria.
Ella y sus hermanas en religión podían haber abandonado Siria, la superiora ya lo había autorizado. Pero ellas son también las heroínas de la resistencia: «Para nosotros ha sido una experiencia muy dolorosa, pero estar presente hace una diferencia para nosotros y para nuestra gente», dijo.
Los datos de lo que allá pasó son dantescos; aunque las cifras de por sí sean frías, estas de lo abultadas expiran dolor y sufrimiento: más de 500.000 personas asesinadas, 5.6 millones de emigrantes, 6.6 millones de desplazados internos. Más de 86.000 personas perdieron alguno de sus miembros, 20.000 niños fueron asesinados, 2.8 millones de niños fueron desarraigados de su hogar materno.
«Al principio, las noticias se referían a Siria; ahora no hay noticias sobre Siria. Parece que está terminado», dijo, pero acotó: «No está terminado, por supuesto». Ahora sigue la cura.
«Una cosa es la experiencia real de la cirugía [ndr. que ella compara con los siete años de guerra]; otra cosa es el largo período de tiempo necesario para recuperarse. Siria y su gente están -esperamos y rezamos- a punto de entrar en el período de recuperación. Será larga y desafiante. Necesitamos mucha ayuda de amigos y vecinos; se necesitará mucha paciencia de la gente misma y la determinación de reconstruir sus vidas». Las Hermana Annie pide que la gente no se olvide de Siria.
«Cada parte de mi país tiene una historia que contar, una historia que revela heridas que solo el tiempo y la misericordia de Dios pueden curar», resalta. Siria tiene que «recuperarse de esta pesada carga».
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