Buenos Aires (Miércoles, 05-12-2018, Gaudium Press) La Federación de Asociación Educativas Religiosas de la Argentina (FAERA) emitió una declaración titulada «La libertad de enseñanza, un derecho», en respuesta de la que describen como una » injusta y falaz campaña de desacreditación» de la que son víctimas los centros educativos católicos por su oposición a las reformas introducidas a la asignatura de Educación Sexual Integral. «A través de la manipulación de información y de sucesivas falacias, se quieren cercenar tres derechos humanos fundamentales», alertó la organización.
Según la Federación, la campaña de descrédito tiene como objetivo «desdibujar el papel primario de los padres como educadores de sus hijos; se intenta limitar la libertad de enseñanza; se busca menospreciar la libertad religiosa y de conciencia de cada persona». Los educadores rechazaron las noticias que han circulado en medios de comunicación y que cuestionan abiertamente políticas concretas de centros educativos como la firma de una declaración de principios por parte de los padres de familia. «Detrás de las noticias falsas sobre temas puntuales se esconde algo más profundo y decisivo: el debate de fondo sobre la configuración del modelo educativo argentino, entre la efectiva libertad de enseñanza o la hegemonía estatal uniformadora», indicó la declaración.
«Percibimos una notable confusión entre lo público y lo estatal, conceptos que en la actualidad se quiere presentar como sinónimos», expusieron los educadores. «Observamos que se pretende naturalizar, en materia de pensamiento, una cierta hegemonía estatal sobre la pluralidad de enfoques y miradas existentes en la sociedad. Todo ello en un ambiente social, cultural y mediático donde prima la descalificación de todo lo religioso y más particularmente, de lo católico». La Federación pidió respetar la pluralidad de la sociedad y rechazó la imposición de «una única mirada, un único sentido, una ideología».
«Las comunidades religiosas y los particulares no desarrollan su actividad educadora por delegación o en nombre del Estado, sino por derecho propio en ejercicio de su libertad constitucional de enseñar», recordó la FAERA. «Sostenemos que la libertad de conciencia, la libertad de enseñanza y la libertad para elegir el tipo de educación que se quiere para los hijos son derechos inalienables, garantizados constitucional e internacionalmente, y que deben ser reconocidos y protegidos por todos, en primer lugar por el Estado. Rechazamos las agresiones y las descalificaciones que sufren muchos colegios católicos, como las que ha sufrido el Colegio Calasanz de la Ciudad de Buenos Aires, por basarse en estos derechos y defender su vigencia, sin por ello negar el orden jurídico ni desconocer sus obligaciones.Rechazamos y condenamos la mentira y la desacreditación».
La Federación recordó la identidad católica de sus instituciones educativas asociadas y el derecho a expresar dicha identidad en su actividad educativa. «Ofrecemos, desde hace varios siglos, una propuesta educativa basada en el Evangelio, con una identidad clara, que es reconocida por muchos y que debe ser respetada, como muchas otras que enriquecen nuestro sistema educativo», concluyó la declaración. «Ofrecemos nuestras manos, experiencias y saberes a toda la sociedad, nuestro aporte es público y abierto para todos los que lo deseen, y no podemos callar ante las difamaciones y errores conceptuales graves que procuran deslegitimar y limitar la acción de los diferentes actores sociales en el campo educativo».
Con información de AICA.
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