Laico que acompañó reliquia del Corazón de San Pío de Pietrelcina a Filipinas afirma que la peregrinación dejó una profunda huella en su vida de fe

Lipa (Lunes, 10-12-2018, Gaudium Press) Roy Alfonso Santiago Jr. nunca pensó que viviría una experiencia de profundo encuentro con Jesús al preguntar al sacerdote de su parroquia se «había algo con lo que él pudiera ayudarlos» con motivo de la Visita de la Reliquia del Corazón Incorrupto de San Padre Pío a Filipinas, realizada del 06 al 26 de octubre de este año. Santiago resultó acompañando la reliquia a todos los lugares y siendo testigo excepcional de las gracias obtenidas por miles de devotos en su paso por el país.

Roy Alfonso Santiago Jr. besa la reliqua del Corazón incorrupto de San Pío de Pietrelcina. Foto: CBCP News.

Su familia guarda especial devoción a San Pío y le atribuyen la recuperación de una difícil situación de bancarrota años atrás. Al enterarse de la visita de la reliquia, el joven fisioterapeuta se presentó a un amigo sacerdote del Ministerio de Liturgia de la Arquidiócesis de Lipa para ofrecer su colaboración. Se integró al equipo de organizadores y acabó suspendiendo su ejercicio profesional durante casi un mes para hacer parte del Comité Litúrgico de la Visita.»Le pregunté al Padre Pío cómo puedo pagarle (aunque sé que realmente nunca puedo)», relató el joven a CBCP News. «Entonces esto (sucedió), pude ofrecerme como voluntario para la visita de su corazón», explicó.

Como parte del equipo, pudo besar la reliquia en dos oportunidades. «No puedo explicar el sentimiento. Todo lo que sé es que la sensación era cálida», recordó Santiago. «Luego lloré». Pero más allá de sus propios encuentros personales, pudo ver de cerca la obra de Dios en medio de los numerosos devotos que acudían a venerar la reliquia. Al ver a una anciana en silla de ruedas llorar tras besar la reliquia, le preguntó el motivo de su llanto. «Ella respondió: ‘Siento la presencia de Jesucristo, es como si fuera a quien le hablé’. En ese momento, me emocioné y derramé lágrimas», relató. «¡En efecto! Dios está con nosotros».

Cuando se encontraba ante la reliquia, el joven voluntario vivió la experiencia de una manera que no esperaba. «Me olvidé de orar por mí mismo. ¡En serio!», recordó. «Al besar el corazón de San Padre Pío, oré por los que están cerca de mi corazón, por los que pidieron oraciones y por los que prometí orar». Al ser cuestionado sobre el significado personal que tuvo para él la visita de la reliquia, indicó: San Pío de Pietrelcina es «el corazón (que) perdona y el corazón (que) sigue amando, como Jesús «.

La experiencia de los días de peregrinación le dejó una huella en la fe y cambios en su vida cotidiana. «En realidad, me doy cuenta de que ahora soy un poco más paciente en todo», comentó, «y también estoy menos ansioso por saber que Dios me está ayudando en mi vida diaria».

Con información de CBCP News.