Harmeze (Viernes, 14-12-2018, Gaudium Press) Varias reliquias de San Pío de Pietrelcina, Santo italiano recordado por haber llevado los estigmas de la Pasión de Cristo, visitaron la parroquia franciscana en Harmeze, Polonia, y el antiguo campo de concentración alemán de Auschwitz-Birkenau. Aprovechando la visita, los religiosos franciscanos y capuchinos veneraron las reliquias en el bloque 11 y en la celda en la cual fue martirizado San Maximiliano María Kolbe.
San Pío de Pietrelcina y San Maximiliano María Kolbe. Foto: KAI. |
El particular encuentro espiritual entre estos dos Santos de la familia franciscana se produjo por la visita al país de una serie de reliquias del Santo italiano, consistentes en un vendaje empapado en su sangre, un guante que llevaba puesto para cubrir el estigma de su mano y un hábito religioso. El Capellán Nacional de los Grupos de Oración de San Padre Pío y responsable de las reliquias en Polonia, P. Roman Rusek, destacó el privilegio de contar con las reliquias, que dejaron San Giovanni Rotondo por espacio de apenas una semana.
Durante la Eucaristía con la comunidad parroquial, los sacerdotes capuchinos destacaron la singularidad y la simplicidad del Padre Pío e hicieron hincapié en el mayor carisma de este sacerdote: la promoción del Sacramento de la Penitencia. El ejemplo de San Pío de Pietrelcina quien otorgaba el perdón de Dios a través del poder del sacerdocio de Cristo, fue destacado como un ejemplo necesario especialmente para los matrimonios de hoy, que deben practicar el perdón para preservar su fidelidad y la estabilidad de su unión.
San Pío de Pietrelcina nació el 25 de mayo en 1887 bajo el nombre de Francesco Forgione. A la edad de 16 años ingresó en el monasterio de los Capuchinos, tomando el nombre religioso de Pío. Ocho años después de su ordenación sacerdotal recibió el don de los estigmas, que eran dolorosas heridas abiertas correspondientes con las llagas de Cristo y que acompañaron su ministerio a lo largo de su vida. San Maximiliano María Kolbe nació en Polonia el 8 de enero de 1894 y se destacó por la incansable promoción de la devoción a la Santísima Virgen María a través de una iniciativa denominada Milicia de la Inmaculada. Trabajó notablemente en la creación y sostenimiento de medios de comunicación católicos para irradiar la devoción a la Santísima Virgen y falleció condenado a morir de hambre en el campo de concentración de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial.
Con información de KAI.
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