Asunción (Lunes, 17-12-2018, Gaudium Press) Ayer domingo, a las 11:00 horas, se dio la solemne dedicación de un nuevo templo de los Heraldos del Evangelio, esta vez en Paraguay. Ubicado sobre la Ruta Nacional 2 Km. 44, en la localidad de Ypacarai a 45 mins. de Asunción, la iglesia está consagrada a la Virgen del Buen Consejo, cumpliendo de esta manera un voto hecho por el fundador de la Asociación, Mons. Juan Clá Dias, EP.
La ceremonia fue presidida por Mons. Joaquín Hermes Robledo, obispo de San Lorenzo, en cuya jurisdicción está ubicada la iglesia. Acompañaron a Mons. Robledo numerosos sacerdotes, tanto de los Heraldos cuanto diocesanos. Estuvo presente el secretario de la Nunciatura Apostólica.
La estructura de la iglesia está concluida y adecuada para la celebración del rito eucarístico, aunque falten vitrales y la conclusión de algunas torres. «Una iglesia en este estilo y con este tamaño, puede demorar 100 años en ser terminada completamente, por eso o se inaugura de una vez o se corre el riesgo de no hacerlo nunca», comentó el Padre Kirthan, director de la obra.
El interior de la iglesia, de cielo estrellado y mucho colorido -en el estilo característico de los templos de los Heraldos del Evangelio-, fue insuficiente para albergar a los más de 2000 asistentes: algunos quedaron fuera de la iglesia, pero participaron de toda la ceremonia en tiendas instaladas sobre el césped.
Antes de iniciar, el P. Carlos Tejedor, EP, superior de los Heraldos del Evangelio en Colombia y en representación del Fundador de los Heraldos, dirigió unas palabras de bienvenida a todos y explicó el porqué de una nueva iglesia, recordando lo dicho hace varios siglos por la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego, de que le comunicase ‘al Señor Obispo que Ella deseaba fuese construido un templo’. También narró el Padre Tejedor la historia de Nuestra Señora del Buen Consejo de Genazzano, Italia, que tuvo lugar en el siglo XV, explicando que la intención del fundador es que cada uno salga de este nuevo templo con un buen consejo en su corazón, que lo ilumine en su camino hacia Dios.
La ceremonia de dedicación
Durante la ceremonia, Mons. Robledo aspergió agua bendita sobre los numerosos participantes, fuera y dentro del templo, lo que llevó aproximadamente media hora. Siguió la parte central de la ‘dedicación’ que es la bendición del altar, que se unge con el Santo Crisma, simbolizando al propio Cristo ungido por el Padre como único Sacerdote de la Nueva Alianza. A partir de este momento, el templo es digno del nombre de iglesia, porque sus piedras bautizadas por la aspersión del agua bendita y consagradas por el óleo, representan la asamblea de los elegidos unidos entre sí y a Cristo, la Piedra Divina.
Después se procedió a colocar sobre el altar un brasero para quemar abundante incienso, señal de que el sacrificio de Cristo sube hasta Dios con un suave aroma, junto con las oraciones de los fieles. Acto seguido fueron incensados los fieles.
El altar fue finalmente revestido como mesa del banquete sacrificial, e iluminado con las velas, quedando todo listo para la celebración de la Misa.
La base del templo fue hecha con hormigón armado y su interior está en buena medida recubierto de bellas lajas. El techo es azul, matizado por alrededor de 200.000 estrellas, incrustadas en honra y símbolo de la Santísima Virgen María.
La Iglesia ya está, pues, habilitada al público. Allí se celebrará la misa todos los domingos a las 11:30 am.
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