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Washington (Martes, 18-12-2018, Gaudium Press) En medio de la controversia motivada por diversos medios de comunicación de Estados Unidos y agencias internacionales de noticias, varios comentaristas católicos han ratificado a la idoneidad doctrinal de la homilía predicada por el sacerdote Don LaCuesta durante el funeral de un joven de 18 años que cometió suicidio. De manera contraria a lo que se ha reportado, el texto de la homilía en ningún momento condena al infierno al joven suicida y en su lugar hace repetidas referencias a la misericordia de Cristo y la esperanza de la salvación, si bien no deja de señalar los riesgos de consecuencias eternas para quienes cometen este pecado.
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| Los ritos funerales católicos se centran en orar por la salvación del difunto y no en rendir homenaje a su vida. |
Las informaciones de prensa exhibieron titulares extremos como «Sacerdote arruina funeral de la más horrenda manera a familia que perdió a su querido hijo de 18 años» y reiteraron el hecho de que los familiares del fallecido hayan interrumpido en dos oportunidades al sacerdote para manifestar su desacuerdo frente a su predicación. «Queríamos que fuera una celebración de cómo vivió Maison y no de cómo murió», indicó Linda Hullibarger, madre del joven, en la frase más citada en la cobertura mediática.
Sin embargo, tras leer el texto de la homilía, varios comentaristas han afirmado que los informes de prensa no hacen justicia de la predicación, la cual se apega tanto a las normas eclesiásticas como a la prudencia y sensibilidad frente a los familiares del joven. «Una mejor homilía no pudo haber sido predicada por el padre LaCuesta», indicó el P. Peter Morello, de la plataforma Catholic World Report. «El P. LaCuesta merece elogios, no sanciones». El P. Peter M. Stravinskas, Fundador de la Sociedad Sacerdotal del Beato John Henry Cardenal Newman, comentó sobre el texto: «Si esa fue la homilía que fue predicada, no hay absolutamente nada malo en ella», además de destacar que «no solamente fue teológicamente sólida, sino también sensible pastoralmente».
«Si los cristianos tenemos la razón en creer que la salvación pertenece a Jesucristo y que ella no viene de nosotros, y que nuestra mano no puede detener lo que Dios permite para nosotros, entonces sí hay esperanza en la eternidad, incluso para aquellos que se quitan sus propias vidas», predicó el sacerdote en el inicio de su homilía. «Habiendo dicho esto, yo creo que no podemos llamar bueno a lo que es malo, correcto lo que es incorrecto. Debido a que somos cristianos, debemos decir lo que sabemos que es la verdad: que tomar tu propia vida va en contra de Dios que nos hizo y en contra de todas las personas que nos aman».
Ante la razonable duda sobre la salvación de la persona que comete suicidio, el sacerdote aclaró en su predicación: «Sí, Dios puede perdonar incluso el tomar la propia vida. De hecho, Dios nos espera con su misericordia, siempre con brazos abiertos». Sin embargo la salvación de Dios requiere una respuesta del hombre: «Tenemos que creerla en nuestros corazones, expresarla con nuestras palabras y mostrarla en nuestras acciones (…). Dios no quiere otra cosa que nuestra salvación, pero Él nunca se va a imponer sobre nosotros. Él nunca nos salvará sin nosotros. Esto es cuán mucho nos ama. Debido al sacrificio de Cristo que lo abarca todo en la cruz, Dios puede tener misericordia de cualquier pecado. Sí, debido a su misericordia, Dios puede perdonar el suicidio y sanar lo que ha sido roto».
El abogado canonista estadounidense Dr. Edward Peters destacó en su blog personal que al leer la homilía notó que en ningún lugar se mencionaba el infierno, si bien se advertía sobre la gravedad moral del suicidio . En su lugar el texto presenta referencias reiteradas a la misericordia de Cristo en al menos seis oportunidades. «Y sin embargo, estas pocas, balanceadas y honestas palabras fueron dos veces interrumpidas por los miembros de la familia, por su falla en ‘celebrar la vida del difunto'», una función que no tienen los ritos católicos funerales, enfocados a orar por la salvación del alma del fallecido. «Así que esta es mi sugerencia: cuando sea compuesta la homilía perfecta para las exequias de quienes se han quitado la vida, se la mandaremos todos los sacerdotes a quienes se les solicite predicar una. Hasta ese momento, los sacerdotes de parroquia pueden querer mirar la homilía del P. LaCuesta para obtener algunos buenos pensamientos e ideas». La homilía completa puede ser accedida en inglés a través de este vínculo.
Con información de Catholic World Report y In the Light of the Law.
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