Los fieles emplearon mascarillas y otros medios de protección para poder asistir a las tradicionales procesiones de Corpus Christi
Varsovia (12/06/2020 23:31:15, Gaudium Press) La Solemnidad del Cuerpo y la Sangre del Señor, conocida como Corpus Christi, se celebró con limitaciones en numerosos países. En muchos de ellos se realizaron procesiones al interior de los templos a causa del aislamiento por la pandemia de coronavirus. Pero en Polonia, los fieles pudieron asistir a procesiones en todo el país, aunque tuvieron que cumplir estrictas medidas de protección para prevenir el contagio de la enfermedad.
Sin la Eucaristía, estamos muriendo
El lema que animó la jornada en Polonia fue «La Eucaristía da Vida». Esta frase fue empleada por el Presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, Mons. Stanislaw Gadecki, quién predicó sobre la importancia del Sacramento especialmente en tiempos donde se ha dificultado su acceso. «Estábamos acostumbrados al hecho de que la Eucaristía siempre estaba a la mano. Incluso si alguien participaba sin regularidad siempre estaba al tanto de su disponibilidad universal», predico el Arzobispo. «Tal vez nosotros no la apreciamos suficientemente por esa razón. Tal vez nosotros incluso caímos en la rutina».
El prelado indicó que la ausencia de la Eucaristía durante el aislamiento ayudó a los fieles a darse cuenta de su enorme importancia. «Sin la Eucaristía, en un sentido espiritual, nosotros estamos muriendo. Quizás como resultado de la epidemia, el lema de este año pastoral va a dejar de ser un lema piadoso y se va a convertir en una tarea con la cual nuestro corazón se identifique».
Procesiones de Corpus Christi, testimonio de fe y amor
El Obispo de Radón, Mons. Henryk Tomasik, expresó su satisfacción por la presencia de los fieles en la procesión. Los devotos tuvieron que vestir mascarillas y guardar una distancia de 2 metros para prevenir el contagio. «Es nuestra declaración de fe. Salimos a las calles de la ciudad para dar testimonio de nuestra vida, fe y amor» predicó el Obispo. «Después de un periodo de restricciones ambientales causadas por el coronavirus, la incapacidad participar en las misas, llega un momento en que podemos rezar juntos».
El prelado indicó que este periodo de ausencia debe animar a los fieles a dedicar tiempo suficiente a la adoración y para la gratitud a Cristo en el Santísimo Sacramento. «Que cada creyente tenga una buena misa dominical y que esto sea una señal de nuestra fe. Que nunca en la vida haya una liturgia eucarística dominical abandonada sin una razón seria» imploró el Obispo.
Con información de KAI.
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