En el Ángelus dominical Francisco comentó el evangelio del día, en que Jesús compara la fe hipócrita de los Escribas con la fe sincera de la viuda pobre.
Redacción (08/11/2021 10:13, Gaudium Press) Ayer, en el Ángelus dominical en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco comentó el evangelio del día, en el que Jesucristo compara la limosna que daban ciertos ricos, incluso escribas (copistas de la Sagrada Escritura), que buscaban que se les tuviera en alta consideración por eso, y la limosna que vio dar un día a una viuda pobre, que ofreció al templo dos moneditas de poco valor pero que para ella constituían un gran bien, “todo lo que tenía para vivir”.
El Papa advirtió que no se debe seguir el modelo esos escribas, hipócritas, que viven de la “apariencia, de la exterioridad, sobre el cuidado exagerado de la propia imagen”.
Previno de no aprovecharse del cargo que se tenga para “aplastar a los demás, ¡nunca ganar sobre la piel de los más débiles! Y estar alerta, para no caer en la vanidad, para no obsesionarnos con las apariencias, perdiendo la sustancia y viviendo en la superficialidad”.
Encuentra en Dios su todo
Francisco resaltó el ejemplo de la viuda, que “da al Tesoro todo lo que tiene. No le queda nada, pero encuentra en Dios su todo. No teme perder lo poco que tiene, porque tiene la confianza en el tanto de Dios, que multiplica la alegría de quien dona”.
La viuda no es hipócrita, “no reza para hacerse ver, no hace alarde de su fe, sino que dona con el corazón, con generosidad y gratuidad. Sus monedas tienen un sonido más bonito que las grandes ofrendas de los ricos, porque expresan una vida dedicada a Dios con sinceridad, una fe que no vive de apariencias sino de confianza incondicional”.
Invitó el Papa a vivir una fe sincera, interior, “hecha de humilde amor a Dios y a los hermanos”.
Con información de Vatican News
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