Menú 
Ángel Custodio creyó que quitarse la vida era su única salida. Pero Dios tenía otros planes: “Tengo un propósito para ti”.
Redacción (08/08/2025 11:24, Gaudium Press) La desesperación le llevó a pensar que su única salida era la muerte. Sin embargo, lo que parecía ser el final, fue solo el inicio de un nuevo camino.
Esta es la historia de Ángel Custodio, un joven emprendedor de poco más de 40 años, que tras perderlo todo descubrió que Dios no lo había abandonado, solo lo estaba preparando para algo más grande.
Ángel lo tenía todo para ser considerado un triunfador.
Como él mismo recuerda, alcanzó lo que en la sociedad actual se suele considerar como el éxito en la vida: “dinero, una buena casa, un coche, una pareja estupenda”. Había trabajado duro, asumido riesgos, cosechado logros. Pero detrás de esa apariencia de estabilidad, su corazón se agitaba por la ambición y la insatisfacción. Creyó que lo tenía todo controlado y quería más”, cuenta. Fue entonces cuando las cosas comenzaron a desmoronarse.
Las deudas crecieron, los negocios se complicaron, y la ansiedad se volvió una compañera diaria. Poco a poco, la desesperación fue envolviéndolo, hasta caer en una absoluta depresión. En medio del dolor, llegó a la conclusión de que lo mejor sería acabar con su vida.
Asi, un día Ángel Custodio se subió a un tejado. Ya lo había decidido. Pero antes de saltar, en un momento de lucidez, le habló a Dios. Le agradeció todo lo vivido, pero, en realidad, albergaba una esperanza secreta: “en el fondo esperaba un milagro, que alguien apareciera por allí y evitara aquel salto al vacío”, contó. Sin embargo, “por allí no apareció nadie”, recuerda. Y saltó.
El impacto fue brutal. Su cuerpo quedó destrozado. Pero, contra todo pronóstico, no murió.
“Tengo un propósito para ti”
Pasó largo tiempo hospitalizado, recuperándose física y emocionalmente. Fue justo al salir del hospital, al acercarse a su antigua casa para recoger algunas pertenencias, cuando escuchó dentro de sí una voz que lo cambiaría todo: “No te preocupes. Tengo un propósito para ti.”
Aquel susurro interior no fue estruendoso, pero bastó para abrir una grieta por donde entró la luz.
Así empezó su nueva vida.
Con una maleta llena de libros, algunas pocas pertenencias y el alma en ruinas, Ángel se encontró sin hogar. Vivió un año en la calle, donde comenzó a reconstruirse desde cero.
Cambiaba libros por alimentos, ofrecía ayuda a cambio de sonrisas. Poco a poco, fue descubriendo el rostro de Dios en la mirada de los desconocidos. “En un año he recibido más amor en la calle que en toda mi vida”, confiesa emocionado. (En las conferencias que hoy dicta, sobre su experiencia, Ángel asevera que su fe cristiana, que se ha ido fortaleciendo, se ha constituido en uno de los pilares de su vida).
En medio de esa experiencia tan cruda, nació en él la necesidad de compartir lo vivido. Decidió escribir un libro titulado Salir de la calle, donde cuenta su historia sin adornos. Este libro no solo se convirtió en un medio para subsistir, sino en una herramienta para transformar vidas.
Hoy, Ángel Custodio recorre el país vendiendo su libro, dando charlas, ofreciendo su testimonio, recopilando iniciativas que ayudan a personas en situación de calle. Él quiere que su historia no sea solo un testimonio de dolor, sino una guía real para quienes, como él, han perdido todo y sienten que no hay salida.
Para Ángel, vivir con propósito es abrazar el plan de Dios cada día. Y su fórmula es clara: oración y acción. Pero sobre todo, tener mucha paciencia con los tiempos de Dios.
Con información de Mater Mundi
Deje su Comentario