domingo, 24 de noviembre de 2024
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Ángelus del Papa: la pureza está ligada a las disposiciones internas

En el Ángelus de este domingo 1 de septiembre, el Papa Francisco destacó que la pureza no está relacionada con los rituales externos, sino sobre todo con la actitud interior.

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Foto: Vatican News

Redacción (02/09/2024 11:11, Gaudium Press) Ayer domingo, y antes de iniciar su viaje al Extremo Oriente, el Papa Francisco habló en el Ángelus sobre la pureza, que está ligada sobre todo a la actitud interior.

Ante los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, Francisco comentó el Evangelio de San Marcos, en el que fariseos y escribas reprochan a los discípulos de Jesús comer “con manos inmundas, es decir, sin lavarse”. Francisco desarrolló una meditación sobre lo “puro” y lo “impuro” que, para los fariseos, estaba principalmente ligada a la observancia de ritos y reglas de conducta. Sin embargo, la pureza, según Jesús, “no está ligada a ritos externos, sino sobre todo a disposiciones interiores”, explicó Francisco.

“Para ser puro, de nada sirve lavarse las manos varias veces si alguien alberga malos sentimientos, como la avaricia, la envidia y el orgullo, o malas intenciones, como el engaño, el robo, la traición y la calumnia”, destacó el pontífice. Advirtió sobre “el ritualismo que no te hace crecer en la bondad”. Esta actitud rígida puede “llevar a descuidar, o incluso a justificar, en uno mismo y en los demás, opciones y actitudes contrarias a la caridad, que hieren el alma y cierran el corazón”.

La verdadera coherencia de la fe

Este contraste entre gestos externos y disposición interior sigue siendo hoy una fuente de enseñanza para nosotros, explicó el Papa, enumerando una serie de inconsistencias: “No se puede, por ejemplo, salir de la Santa Misa y, ya en el atrio de la iglesia, parar para hacer comentarios malévolos y desprovistos de misericordia sobre todo y todos. O mostrarse piadoso en la oración, pero en casa tratar a los propios familiares con frialdad y distancia, o descuidar a sus padres ancianos que necesitan ayuda y compañía”.

Nuestra relación con Dios no puede, por tanto, reducirse a gestos externos, mientras permanecemos “interiormente impermeables a la acción purificadora de su gracia, entregándonos a pensamientos, mensajes y comportamientos carentes de amor”. Al contrario, estamos hechos “para la verdadera pureza”, la que Dios nos da, si le permitimos quitar de nosotros toda sombra de egoísmo, orgullo y juicio, para moldearnos a imagen de su Hijo Jesús.

Antes de recitar el Ángelus, el Papa sugirió a los fieles algunas preguntas: “¿Vivo mi fe con coherencia? En mis sentimientos, en mis palabras y en mis acciones, ¿realizo en cercanía y respeto a mis hermanos y hermanas lo que digo en la oración?

Con información de Vatican News.

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