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Los obispos franceses han dado vía libre a la apertura de su causa de beatificación. La niña ofreció su cáncer por los enfermos.
La Causa de Beatificación de Anne Gabrielle Caron será abierta el 12 de septiembre.
Toulon (17/06/2020 7:42, Gaudium Press) Todos los bautizados están llamados a la santidad, un llamado que bien acogió Anne Gabrielle Caron, una niña francesa de 8 años quien ofreció su enfermedad –un fuerte cáncer– por los que sufren. La pequeña va ya camino a los altares.
Los obispos de su país han dado vía libre para la apertura de la causa de beatificación de la pequeña, que será el 12 de septiembre; un día muy especial ya que es la festividad litúrgica del Dulce Nombre de María.
La apertura oficial de la causa tendrá lugar en la diócesis de Fréjus-Toulon, más propiamente en la iglesia de San Francisco de Paula, con la presencia de su obispo, Mons. Dominique Rey, quien ya destaca a Anne como una gran figura de santidad para niños enfermos y sus familias.
Quería parecerse a Santa Teresita del Niño Jesús
La niña era la mayor de cuatro hermanos y desde muy pequeña mostró una especial sensibilidad por el sufrimiento de los demás. Sus profesores cuentan que siempre buscaba ir al encuentro de los niños que estaban solos.
A sus seis años comenzó a sentir fuertes dolores en una pierna. El diagnóstico fue cáncer en los huesos, el cual ya había hecho metástasis y estaba siendo especialmente agresivo en su cuerpo.
La pequeña, inspirada por Santa Teresita del Niño Jesús, se abandonó en los brazos de Dios y ofreció su enfermedad por personas que, como ella, estaban sufriendo en su cuerpo, pero también en el alma.
En su corazón también estaba el anhelo por recibir la Comunión y de unir, de alguna manera, sus sufrimientos con los de Cristo.
“Le he pedido a Dios que me dé todos los sufrimientos de los niños del hospital”
La madre de Anne, Marie-Dauphine Caron, a través del libro Là où meurt l’espoir, brille l’Espérance, ha recogido y narrado la experiencia de fe y santidad de su hija a través de la enfermedad.
Allí cuenta cómo la niña, cinco meses antes de morir, dijo a su madre algo que la dejó atónita: “Le he pedido a Dios que me dé todos los sufrimientos de los niños del hospital”.
En otra ocasión, Anne también confesó a su madre: “Sabes mamá, creo de vez en cuando que cuando esté muerta no va a ser difícil para mí portarme bien. No será difícil ser agradable con la gente, pensar en los demás, obedecer y pintar con los hermanos”.
La Primera Comunión antes de su muerte
Anne no se fue al Cielo sin antes recibir en la Tierra en gran regalo de la Comunión, que era su gran anhelo.
Estando ya gravemente enferma, y por meses, la pequeña se preparó para recibir a Jesús Sacramentado. Un día manifestó: “Me gustaría hacer mi primera comunión para poder hacer aún más sacrificios”.
A su madre, igualmente le dijo: “Quiero recibir a Jesús. Te das cuenta que Él va a entrar en mi corazón, no puedo esperar”.
El día tan anhelado casi no llega. La Primera Comunión sería el 7 de junio de 2009, pero dos días antes su estado de salud empeoró, por lo que debió ser llevada un hospital.
La pequeña comenzó a orar y pidió también a su madre rezara a la Virgen para que tuviera tiempo de salir y poder recibir a Jesús sacramentado.
Dios y María Santísima permitieron que la pequeña llegara a tiempo a su Comunión. Las pruebas médicas mostraron que su estado de salud estaba mejorando y le dieron de alta.
Era domingo en la mañana y la niña, con sus padres, debió correr a la iglesia de Toulon, donde llegó con retraso cuando la Misa ya estaba terminando. Pese a ello, el sacerdote la dejó entrar y le permitió comulgar.
“Nunca he visto a nadie como ella. Para mi corazón sacerdotal, este sigue siendo un momento muy conmovedor”, expresaría después el presbítero.
Anne Garielle falleció el 23 de julio de 2010, dejando a su paso este testimonio de santidad que ya ha recorrido el mundo. Solo se espera que tal santidad sea pronto reconocida.
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Con información de Religión en Libertad.
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