El pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización habló del sentido de todo jubileo, de la necesidad de la esperanza, de las peregrinaciones que se habitúan en los años santos.
Redacción (10/05/2024, Gaudium Press) Tras la entrega de la bula Spes non confundit (la esperanza no defrauda Rm 5, 5), con la que el Papa convoca el año jubilar 2025, habló en Vatican News Mons. Rino Fisichella, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización y promotor de este Año Santo.
Desde la apertura de la Puerta Santa de la primera basílica mayor el 24 de diciembre próximo hasta su cierre el 6 de enero de 2026, la ciudad de San Pedro y San Pablo espera acoger a 32 millones de personas, incluidos al menos 100.000 fieles a pie, “peregrinos de esperanza”.
“El mundo está en un contexto de violencia, en un contexto de guerra”, dijo Monseñor Fisichella en entrevista a Vatican News. “El testimonio de la esperanza cristiana es una necesidad. La Iglesia siempre habla de fe y de caridad, pero nosotros hemos olvidado la esperanza. El Año Jubilar se convierte en la oportunidad, el camino para poner en el centro la Resurrección de Cristo. No podemos olvidar que la vida de la Iglesia sigue siendo siempre el anuncio de Cristo muerto y resucitado.”
Vivir la experiencia del perdón y de la misericordia de Dios
En el tiempo jubilar propio para la remisión de los pecados, “el significado más profundo del jubileo sigue siendo siempre la experiencia del perdón y de la misericordia de Dios, y esto será aún más importante ante el anuncio de la esperanza. Durante el jubileo no solo tenemos la esperanza de recibir el perdón de Dios. La esperanza se convierte en una certeza, una experiencia concreta con la que cada uno de nosotros puede tocar la misericordia y el perdón de Dios”, afirma el prelado.
El sentido de las peregrinaciones
Al referirse a las peregrinaciones que caracterizan los años jubilares, Mons. Fisichella afirma que “La peregrinación es, por supuesto, uno de los signos más importantes del inicio de la experiencia jubilar. Pero la peregrinación simboliza también la vida de cada uno de nosotros. Este es el camino para descubrir nuevamente la importancia de la fe en nuestra vida. No podemos olvidar que el mundo entero hoy vive rodeado de una nueva cultura, que nos habla de tecnologías e inteligencia artificial. Los jóvenes de 25 años conviven con su lengua y con los comportamientos resultantes. Parece que la fe ya no tiene un lugar muy importante en la vida de las personas, porque la tecnología parece dar las esperanzas –en plural– que deseamos, pero hay que pasar de esas esperanzas a la esperanza, y eso viene con una fe que se fortalece cada día y mediante el testimonio de una caridad cada vez más coherente.”
Aunque se espera que acudan a Roma cerca de 32 millones de personas durante el Jubileo del año próximo, “el jubileo debe vivirse también en las iglesias locales. Y es por eso que los obispos están invitados a vivir el jubileo de la esperanza en la solemnidad de la oración, la solemnidad de la apertura del año jubilar en su catedral, pero también viviendo las diferentes experiencias organizadas en Roma con el Santo Padre. Ellas pueden ser vividas en las diócesis”, concluye el prelado.
Con información de Vatican News.
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