Didier Grandjean, graduado ya de paisajismo, fue Guardia entre el 2011 y el 2019.
Redacción (09/08/2024, Gaudium Press) Reporta Vatican News la historia de Didier Grandjean, antiguo guardia suizo vaticano, hoy de 34 años, se encamina al sacerdocio.
Él, graduado ya de paisajismo, fue Guardia entre el 2011 y el 2019. Pero hubo algo que lo marcó, y que le comenzó a insinuar en su interior que su vida sería el sacerdocio:
“Durante mi servicio, hubo un momento decisivo: el cónclave de 2013. Fue impresionante ver lo importante que fue este acontecimiento, tanto histórica como espiritualmente. Estaban sucediendo cosas más grandes que nosotros mismos. Estábamos allí para servir y acompañar este proceso, y fue impresionante ver la grandeza de la Iglesia y su naturaleza sobrenatural más allá de las debilidades humanas. Esto me impresionó y conmovió profundamente.”
Cuando terminó su servicio en la guardia pontificia, entró al seminario. O mejor, dejó la guardia para entrar al seminario de Friburgo. Ahora lleva “una especie de uniforme, pero no tan colorido”, bromea.
En todo caso, es verdad que hay puentes entre la vida de guardia y la vida de quien se prepara al sacerdocio: “en primer lugar, la conciencia de servicio es importante, ya sea en la Guardia Suiza, en el seminario o como sacerdote. El servicio es central, es el mensaje decisivo”.
Su vocación se fue definiendo de manera progresiva:
“La palabra ‘vocación’ viene de ‘vocare’, que significa ‘llamar’ en latín. Es un llamado, algo que sientes dentro. Para mí, este llamado se desarrolló gradualmente. No fue una iluminación repentina. Creo que varía de una persona a otra, pero para mí fue un proceso gradual en el que me di cuenta de que Dios me llamaba a otra cosa”, dice Didier.
La vida de un guardia tiene como hito la disciplina.
“Pero la verdadera esencia de la disciplina reside en el servicio desinteresado, paralelismo central entre el uniforme y la sotana”, señala Didier Grandjean.
Ahora desarrollará su misión en el ministerio sagrado.
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