Mons. Gutierrez en pocas palabras refiere un panorama desolador.
Redacción (14/02/2023 09:58, Gaudium Press) En estos días de dictadores comunistas tropicales que mandan a la cárcel a Obispos diciendo que estos no son Cristo, no hace mal leer las declaraciones-lamentaciones reportadas por Ana Paula Morales en Aciprensa, del Arzobispo de Ciudad Bolívar en Venezuela, Mons. Ulises Gutiérrez.
El prelado habla en su narración con la simpleza de quien describe lo real, de cómo en su adolorida patria “volvemos a la situación de pobreza extrema” y que “el hambre es cada día más fuerte, hay mucha necesidad en todos los sectores del país”.
En su jurisdicción existen 6 comedores donde se ofrecen 100 platos de comida al día, todo subvencionado por Cáritas International.
Con lo didáctico que da el ser pastor, Mons. Gutiérrez ejemplifica que es esa pobreza ‘bolivariana’ a la que se refiere: el sueldo de un médico “es de siete dólares mensuales”, mientras que “la canasta básica es de 400 dólares”. La inflación se mantiene como se mantiene el hambre, no se desinfla, y fue de 440% el año pasado: sí, si se puede ser más pobre de lo que ya se ha sido aunque se haya sido miserable.
“La economía no ha mejorado en nada, más bien va cada vez a peor”. “Mantuvieron estable la moneda, más o menos, inyectando dólares al Banco Central. Pero esto se vino abajo desde el mes de diciembre”.
Después de recordar que ya hay otra Venezuela expulsada de Venezuela por la pobreza, “hay ocho millones de venezolanos fuera del país”, el prelado constata la tristeza, la tendencia a la inercia en sus connacionales: “Desgraciadamente, la desesperanza se mantiene muy fuerte y hay una tristeza en la población muy grande”.
En el exterior a veces se intenta crear la impresión de que la oposición puede retomar el control en Venezuela. Pero esto es solo un espejismo afuera, porque adentro “tampoco vemos a lo lejos un repunte en que la población vuelva a tener esperanza”, declara. Llega hasta decir que “se ve que la oposición está de acuerdo con el gobierno”, y que aunque “existen algunos líderes que realmente están contra el gobierno, pero la gente ha perdido la credibilidad”.
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Si nos metiéramos en la máquina del tiempo, y viajáramos a la Venezuela del año 2000, a la par de pastores que ya advertían el peligro encontraríamos a no pocos cantando vítores al nuevo régimen, que sí sacaría al país de la corrupción, del atraso, etc. Eran normalmente ciertos pastores con esa ‘sensibilidad social’ contagiada por décadas de sociologismo teológico a lo zurdo, originario latinoamericano. Algunos de ellos hoy también perseguidos por el régimen, o por los fantasmas de la conciencia, que hasta podrían ahora entonar en la intimidad de sus habitaciones un mea culpa por sus falsas ilusiones. Igual en Nicaragua.
Al final, quien redime, es solo Cristo, y su Buena Nueva límpida, esparcida e impregnada en el pueblo. Los otros, son solo Hitlers, Stalins, Chávez y Ortegas, aunque se vistan de monaguillo o de seda. Que también pasan y pasarán, con el favor de Dios y la Virgen, como pasan los males aunque duren 100 años. (CCM)
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