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La decisión fue hecha pública hoy.
Foto: Orden Constantiniana de San Jorge
Redacción (20/05/2022 16:00, Gaudium Press) Mons. Salvatore Cordileone, Arzobispo de San Francisco, ha prohibido a Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, recibir la comunión en su Arquidiócesis por su apoyo al aborto.
“Luego de numerosos intentos para hablar con ella y ayudarla a entender el grave mal que está perpetrando, el escándalo que está causando y el peligro en el que pone a su propia alma, he determinado que ha llegado la hora en la que debo hacer una declaración pública de que ella no debe ser admitida a la Sagrada Comunión”, ha escrito el Arzobispo en comunicado emitido hoy.
“Devota católica”
Para que la decisión del prelado quede sin efecto, Pelosi – quien se ha manifestado como “devota católica” – debe “repudiar públicamente su apoyo al ‘derecho’ al aborto, confesarse, y recibir la absolución por su cooperación con este mal en el sacramento de la Penitencia”.
El prelado dijo que le ha enviado comunicación sobre la decisión a la Speaker (quien controla las discusiones en la cámara), comunicación que ahora hace pública.
Dijo el Arzobispo que asume así un deber que no le agrada, que admira el cuidado de los pobres que asume Pelosi, y que ella seguirá estando en sus intenciones de oración, pero “lamentablemente, la posición de Pelosi solo se ha hecho más extrema con los años, especialmente en los últimos meses”.
Mons. Cordileone incluso recordó una reciente declaración ofensiva de Pelosi: “Me dicen ‘Nancy Pelosi cree que sabe más que el Papa de tener bebés’. Sí, es así. ¿Acaso eres estúpido?”.
Resaltó el prelado las comunicaciones que ha recibido continuamente sobre el escándalo de este tipo de católicos, que en la vida pública promueven males tan grandes. Y recordó que su determinación se basa en el cánon 915 del Código de Derecho Canónico, que determina que “no deben ser admitidos a la sagrada comunión los excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave” tal como el aborto.
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