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Desde su exilio en Polonia, Mons. Tadeusz Kondrusiewicz, Arzobispo de Minsk, ha dado diversas entrevistas, en las que habla de su país, de su situación personal, de su pasado, de sus perspectivas.
Varsovia (04/09/2020 12:22, Gaudium Press) Desde su exilio en Polonia, Mons. Tadeusz Kondrusiewicz, Arzobispo de Minsk, ha dado diversas entrevistas, en las que habla de su país, de su situación personal, de su pasado, de sus perspectivas. Las palabras del prelado bielorruso están siendo escuchadas hoy por el orbe entero, dado su discreto pero real protagonismo en los difíciles acontecimientos que se desarrollan en el país.
El 31 de agosto, después de participar de unas celebraciones a la Virgen de Czestochowa, y tras haber acompañado a unos familiares en una Primera Comunión en Polonia, quiso regresar a su país y se le fue impedido.
Aunque no había sacerdote, las familias criaban a sus hijos cristianamente
Recordaba Mons. Kondrusiewicz su niñez en su pueblo cerca a Grodno, en la frontera con Polonia.
“Todos los habitantes de mi pueblo eran católicos, y aunque no había sacerdote, nuestras familias nos educaron en la fe católica. Me echaron de la universidad porque un católico no puede ser maestro, entonces logré graduarme en ingeniería en Leningrado”, contó el prelado.
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Ahí, en lo que hoy recuperó su nombre llamándose San Petersburgo, iba a misa a la única iglesia entonces abierta, la de Nuestra Señora de Lourdes.
Siendo ingeniero fue un día enviado a trabajar a Lituania, país donde ingresa al seminario de Kaunas, y al que dice que tiene mucho que agradecer: Es Lituania un lugar «donde el espíritu polaco y el de los países bálticos estaban unidos, y también se rezaban oraciones en ruso. Es una patria para la fe de todos … Hablo bielorruso, polaco, ruso y lituano, pero cuando me preguntan de qué nacionalidad soy, siempre respondí: ‘soy cristiano’ ”. Aunque de hecho, reafirma que su único pasaporte el bielorruso, contrariando la acusación hecha por el gobierno, en el sentido que tendría nacionalidad de otro país, presumiblemente polaca.
Los bielorrusos son considerados un pueblo muy pacífico. ¿Entonces por qué las fuertes manifestaciones de estos días?
La atmófesta de la Opinión Pública ha cambiado
“La atmósfera ha estado creciendo bastante en intensidad desde hace algunos años. Ahora está surgiendo una generación diferente a la de hace 25-30 años, y se puede ver cómo se están expresando los alumnos estos días en la apertura de las escuelas, lo veo desde Internet pues no puedo estar en Minsk. Los niños quieren algo nuevo, siempre están en la web, viajan al extranjero, tienen muchos amigos y hablan muchos idiomas, sus reacciones no me sorprenden”, expresa el Arzobispo. Recuerda también que los jóvenes católicos bielorrusos participaron de forma entusiasmada en las Jornadas Mundiales de la Juventud, y que existen buenas esperanzas para el renacimiento de la fe católica en estas tierras de la antigua Unión Soviética.
Expresa el Arzobispo de Minsk que hace un año era imposible imaginar los movimientos populares que se están dando ahora en Bielorrusia.
Y espera que se revierta la decisión de prohibirle el ingreso a su país: “Casi tengo 75 años de edad, pronto presentaré mi carta de renuncia al Papa. Me apena no estar con mi pueblo, pero no haré nada para revolucionar las cosas. Me dicen que algunos van por ahí, agitando mi foto, pero yo les digo: ‘Olvídenme, vayan y recen’”.
Dice que aunque no ha habido ningún pronunciamiento de Roma por su exilio forzado en Polonia, siente todo el “apoyo moral” de las autoridades vaticanas.
Con información de Asia News
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