Mons. Cordileone convocó una manifestación ayer, que terminó en el City Hall y en eucaristías.
San Francisco (21/09/2020 12:31, Gaudium Press) No es común que un Arzobispo convoque a sus feligreses a una marcha. Pero en este caso, se vio en la necesidad.
Se trata del muy conocido Mons. Salvatore J. Cordileone, Arzobispo de San Francisco en los EE.UU.
La razón: las extremas restricciones que se le están aplicando al culto católico, y no a actividades como compras en tiendas minoristas, shoppings, manifestaciones, etc.
“Hace meses, presentamos un plan de seguridad a la ciudad que incluía máscaras y distanciamiento social, tal como lo hicieron las tiendas minoristas ubicadas en espacios interiores”, dijo en su homilía el Arzobispo. “La ciudad dijo que sí a la venta minorista en interiores, pero los católicos todavía estamos esperando recibir noticias”.
Por ello, en un memorandum que envió a todos los párrocos de su diócesis, el prelado anunció que tres parroquias organizarían procesiones eucarísticas comenzando en diferentes lugares pero confluyendo todas en el San Francisco City Hall, una bella construcción de estilo neoclásico en mármol blanco, donde tiene sede el gobierno de la ciudad.
Después de arribar al City Hall, la gente asistiría a misa en las afueras de la Catedral de Santa María de la Asunción, tal como ocurrió ayer, en la manifestación que fue titulada como “Free the Mass”, Liberen la Misa.
Es discriminación
En este momento, dijo Mons. Cordileone, la gente puede comprar en Nordstrom’s [ndr. Conocida tienda por departamentos] al 25% de su capacidad “pero solo uno de ustedes a la vez puede orar dentro de esta gran catedral, ¿su catedral? ¿Es esto igualdad? No, no hay ninguna razón para esta nueva regla excepto el deseo de poner a los católicos, ponerte a ti, al ‘final de la línea’”, expresión que tiene el sentido de un punto de inflexión, un punto de quiebre.
A esta realidad el Arzobispo no dudó en calificarla de discriminación: “Sí, discriminación, porque no hay otra palabra para eso”.
“Ahora en San Francisco, todos los que estamos aquí están siendo puestos al final de la línea”, dijo. “No importa cuán ricos o pobres sean, no importa si son recién llegados o de familias que han estado aquí durante muchas generaciones, es nuestra fe católica lo que nos une, y es por nuestra fe católica que estamos siendo puestos al final de la línea.”
En la homilía dominical el prelado también destacó el trabajo social que durante la pandemia ha realizado la Agencia Cáritas local, y la Sociedad San Vicente de Paúl.
Igualmente agradeció el trabajo “de los sacrificados fieles laicos, por lo que están haciendo para mantener vivo y visible el amor de Cristo en estos tiempos angustiosos. Esto es lo que significa llegar al final de la línea”.
Con información de CNS
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