Arzobispo mayor de ucranianos pidió a la Virgen la salvación de Ucrania

Mons. Sviatoslav Shevchuk estuvo en la misa de la peregrinación nacional al santuario de Zarvanitsa.

Foto: UKGK

Redacción (03/08/2023 11:11, Gaudium Press) “»¡Madre de Dios, salva a Ucrania, sálvanos a cada uno de nosotros!” fue el pedido de Mons. Sviatoslav Shevchuk, Arzobispo Mayor de los greco-católicos ucranianos, al presidir la liturgia el pasado domingo, de la peregrinación nacional al santuario de Zarvanitsa. También, con esa misa, ocurría la clausura del Sínodo de los Obispos de la Iglesia greco-católica ucraniana.

“Juntos, vimos que nuestra Iglesia es como el vientre materno que une a los ucranianos en Ucrania y en los asentamientos, es un espacio de solidaridad e intercambio de dones, apoyo mutuo y ayuda, sin los cuales Ucrania no puede sobrevivir hoy”, dijo Mons. Shevchuk en la eucaristía.

En el santuario mariano habían 30.000 peregrinos. Eran muchos los que manifestaban que se sentía la presencia divina.

El Arzobispo invitó a vivir “juntos la experiencia del amor de Dios, especialmente en los santos sacramentos de la Iglesia de Cristo. Acojamos el Cuerpo y la Sangre de nuestro Salvador en el sacramento de la Eucaristía y miremos el mundo con la luz de los ojos de Dios”, animó el arzobispo mayor.

Fuertes palabras tuvo el Arzobispo contra Rusia: Citando al poeta Taras Shevchenko, dijo que el invasor ruso “no sólo nos mira con un ojo oscuro, sino que quiere arrastrar a Ucrania al ataúd preparado para ello”.

«Hoy queremos que el poder de Dios se revele plenamente en el cuerpo de una nación exhausta y herida. Porque es de esta potencia de Cristo Resucitado que irradia para nosotros la esperanza. Este es el secreto de nuestra invencibilidad, inmortalidad y de la resiliencia de nuestro espíritu. De allí brilla la luz de la victoria sobre el invasor ruso», enfatizó.

Terminó el sermón con las palabras: «¡Madre de Dios, salva a Ucrania, sálvanos a cada uno de nosotros! Madre de Dios, contigo y en ti, nuestra nación se encamina hacia el día de la victoria del bien sobre el mal».

Al final de la Divina Liturgia, junto a Su Beatitud, la bendición final fue dada por los sacerdotes redentoristas liberados del cautiverio ruso: el padre Ivan Lewicki y el padre Bohdan Heleta.

Con información de AICA.