jueves, 23 de octubre de 2025
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Bruno, el perrito que levanta su pata y reza con su dueña, conmueve a las redes sociales

Miles de usuarios se conmueven al ver cómo un perrito acompaña a su dueña en la oración.

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Redacción (23/10/2025 11:38, Gaudium Press) En un pequeño rincón de su hogar, iluminado por la serenidad de la fe, y salpicado de notas católicas, una mujer se sienta frente a un crucifijo colgado en la pared. A su lado, sobre la mesa, se distinguen imágenes, flores y llama también la atención el rosario que descansa entre sus manos. La escena tiene una atmósfera de recogimiento, paz y ternura.

Pero lo que hace este momento muy especial es quien la acompaña: Bruno, un perrito de mirada noble que, sin entender de palabras, parece comprenderlo todo con el corazón.

El video, compartido originalmente en la cuenta de TikTok @Lorenam71, muestra a la mujer preparándose para su oración. Con voz suave, pronuncia una invitación que suena como una caricia: “Ven, vamos a rezar”, le dice a Bruno.

Entonces Bruno, sin dudarlo, se acerca lentamente. Se sienta frente a ella, levanta su patita y la coloca en la mano de su dueña, como si respondiera a ese llamado sagrado. La mujer sonríe y comienza el rezo del Padrenuestro, sosteniendo la patita de su compañero como quien comparte una promesa.

Mientras las palabras del rezo fluyen, Bruno permanece inmóvil, atento, en un silencio que parece lleno de significado. Cada vez que su dueña suelta su patita, él vuelve a ofrecérsela, insistiendo en mantenerla tomada, como si temiera romper ese momento de unión espiritual.

Al finalizar, la mujer acaricia la cabeza del perrito y le dice: “Entiende mejor que muchos, ¿verdad Bruno? Ya terminamos, Amén, ya, vete para allá”, a lo que él responde quedándose quieto unos segundos más, hasta recibir la señal de que puede moverse.

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Un gesto que conmueve a millones

El gesto, tan natural, ha conmovido a millones de personas.

El video acumula más de 3.9 millones de visualizaciones y más de 833 mil “me gusta”, además de miles de comentarios que celebran la dulzura del momento y la sensibilidad de los animales.

“Se nota que él sí va a misa de 6 🥺, escribió un usuario entre risas y ternura.

“No se quiere ir porque quiere rezar el rosario”, comentó otro.

Y entre los mensajes más emotivos, una mujer compartió su propia experiencia:

“Los animalitos han de sentirse cómodos en esos momentos por la forma en que hablamos o no sé, porque las gatitas de mi mamá solían irse a sentar con mis papás a la hora de los rosarios en el tiempo de la pandemia. Una vez terminábamos de rezar, ellas se levantaban y seguían jugando”.

Otros usuarios contaron historias similares:

“Mi abuelita tiene una perrita que también va a sentarse con la familia a la hora del rosario”, escribió una seguidora, demostrando que este tipo de escenas son más comunes de lo que parece cuando el amor y la fe están presentes en el hogar.

Más allá de la viralidad, la historia de Bruno se ha convertido en un recordatorio de que la fe no siempre se expresa con palabras. A veces basta con un gesto, una mirada o una simple patita extendida para comprender que la presencia de Dios también se manifiesta en la creación.

Porque, al final, los animales —con su inocencia, su fidelidad y su ternura— parecen tener un modo muy especial de enseñarnos a rezar: con el corazón.

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