The Catholic Herald publicó un editorial que es algo como un ‘estado de la cuestión’ de este difícil asunto.
Redacción (19/12/2025 11:18, Gaudium Press) “¿El Camino sinodal alemán ha abandonado el catolicismo?”. La pregunta no la hace un grupo católico marginal, o un medio “ultra”, como algunos gustan estimagtizar a los de línea más ortodoxa.
No.
Quien la plantea es un editorial de The Catholic Herald, el medio católico inglés harto influyente en el mundo anglosajón. Pero es una pregunta que ya se hacen muchos, y que no ha dejado de llegar a los oídos de los exponentes de este camino sinodal, como por ejemplo Mons. Peter Kolhgraf, obispo de Maguncia, quien en su homilía del día de la Inmaculada quiso rechazar las acusaciones de que el episcopado alemán ha dejado de ser católico, señalando que tales afirmaciones malinterpretan su posición.
“Una y otra vez leo que yo mismo y otros obispos en Alemania ya no somos católicos”, se quejó el prelado.
Su defensa realmente fue frágil como muro agrietado: Tra decir que la fe no se reduce a un número de cuestiones controvertidas, Mons. Kolhgraf planteó su rechazo al Catolicismo definido como “una verdad inmutable que debe proclamarse en todos los tiempos, independientemente de los problemas y sucesos actuales”. “Para mí, ser católico también significa aceptar la posibilidad de equivocarme”, enfatizó.
Pero es claro que las afirmaciones de quienes dudan de esta catolicidad sinodal teutona, no surgieron porque sí, sino que tienen mucha base para hacerse.
Como recuerda Catholic Herald, desde el 2019 el Camino Sinodal alemán ha aprobado resoluciones radicales sobre bendiciones a parejas del mismo sexo, ordenación de mujeres y revisión de la moral sexual.
A su turno la Asamblea Sinodal votó en favor de permitir las bendiciones en Iglesia de parejas del mismo sexo, y en un resolución declaró estas “deben poder verse colocadas bajo la bendición de Dios», contradiciendo una declaración vaticana de 2021, y toda la tradición de la Iglesia.
En septiembre de 2022, el 83 por ciento de los obispos alemanes apoyó textos que promueven una moral sexual liberalizada, en conflicto directo con el Catecismo católico. El Camino Sinodal también respaldó, en febrero de 2022, en el documento Mujeres en ministerios y oficios en la Iglesia, la admisión de mujeres al ministerio ordenado, desafiando la carta apostólica de Juan Pablo II de 1994 Ordinatio Sacerdotalis. En una votación de la sesión, el 92 % de los delegados sinodales y el 82 % de los obispos apoyaron explorar el acceso de las mujeres a la ordenación. El obispo Franz Josef Bode, de la diócesis de Osnabrück, sugirió que doctrinas como el sacerdocio exclusivamente masculino están condicionadas históricamente y podrían evolucionar con el tiempo, afirmación que coincide enteramente con lo dicho arriba del obispo de Maguncia, de que la Iglesia no tiene doctrinas inmutables.
Y ahora está en la mesa el asunto del llamado Consejo Sinodal, órgano mixto obispos-laicos, surgido del Camino sinodal alemán, que busca ser de gobierno efectivo de la Iglesia alemana, que ha suscitado y sigue suscitando diversas reuniones (y encontronazos…) entre el episcopado alemán y la curia romana, para ver si Roma consigue de alguna manera encuadrarlo en la estructura de la Iglesia que Cristo dejó, que es jerárquica no democrática, pues Cristo no dijo “reúnanse todos en asamblea, analicen la situación, debatan, y luego voten”, sino que dijo “Yo soy la luz del mundo” (Jn 8, 12), y “vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará”, (Mc 16, 15-16).
Por lo demás, el Redentor tampoco dijo, “Yo soy la luz del mundo, una luz que varía al vaivén de los tiempos…”.
Entonces, tenemos una Iglesia que, con valiosas y no pequeñas excepciones, hace tiempo camina en la heterodoxia doctrinal. Cuando se piensa en ello, las discusiones sobre si se puede conseguir o no una estructura más o menos católica para el llamado Consejo Sinodal pierden importancia, porque hasta la mejor forma de gobierno es ineficaz, cuando ciudadanos y funcionarios ya no buscan el buen fin ni están inspirados por la doctrina divina.
“Evaluaciones, emitidas desde diversos sectores y facciones de la Iglesia, apuntan a un creciente consenso de que el Camino Sinodal [alemán] ha ido más allá de una reforma legítima hacia una trayectoria ampliamente considerada como heterodoxa, dice sin ambages el Catholic Herald. Algunos ya han argumentado que las constantes desviaciones del catecismo han dejado a los obispos disidentes fuera de la doctrina católica, y la condena posterior de varios miembros de la jerarquía simplemente confirma esta realidad. Otros agradecerían una mayor aclaración, deseando que el Vaticano emita su propia decisión vinculante e incluso que imponga sanciones a quienes promuevan enseñanzas contrarias a la fe católica”.
Y ahí el medio inglés nos deja planteado el problema mas de fondo: ¿Qué hará Roma al respecto?
En su regreso a Roma de Beirut, León XIV fue muy delicado al tratar el asunto, tras la pregunta de la periodista Anna Giordano, de Ard Radio:
“El camino sinodal no es el único en Alemania, toda la Iglesia ha celebrado un sínodo y la sinodalidad en los últimos años. Hay grandes similitudes, pero también algunas diferencias marcadas entre cómo se ha llevado a cabo el Synodaler Weg en Alemania y cómo podría continuar mejor en la Iglesia Universal.
“Por un lado, me gustaría decir que hay espacio para el respeto de la inculturación. El hecho de que en un lugar la sinodalidad se viva de una manera y en otro se viva de otra manera no significa que tenga que haber una ruptura o una fractura. Creo que es muy importante recordar esto.
“Al mismo tiempo, me temo que muchos católicos en Alemania creen que ciertos aspectos del camino sinodal celebrados hasta ahora en Alemania no representan sus esperanzas para la Iglesia o su forma de vivir la Iglesia.
“Por lo tanto, es necesario un mayor diálogo y escucha dentro de la propia Alemania, para que ninguna voz quede excluida, para que la voz de los más poderosos no silencie la voz de aquellos que pueden ser muy numerosos, pero que no tienen un lugar donde hablar y ser escuchados. De este modo, se garantizará que sus propias voces y expresiones de participación en la Iglesia sean escuchadas.
“Al mismo tiempo, como seguramente saben, el grupo de obispos alemanes se ha reunido en los últimos años con un grupo de cardenales de la Curia romana. También allí se está llevando a cabo un proceso para tratar de garantizar que el Camino sinodal alemán no se aleje, por así decirlo, de lo que debe considerarse un camino de la Iglesia universal.
“Estoy seguro de que continuará. Creo que habrá algunos ajustes por ambas partes en Alemania, pero espero sinceramente que las cosas se resuelvan de manera positiva”.
Es claro, el Pontífice habla como pastor, que quiere reunir todas las ovejas en un solo rebaño. Lo hace tras un viaje donde el leit motiv era justamente la unidad entre los cristianos. Pero aún así, él no deja de advertir, en suaves y diplomáticas palabras, que la Iglesia alemana corre el riesgo de separarse de la Iglesia universal. Él espera que no, pero puede ser que sí.
Sin embargo, lo que constata el Catholic Herald es que muchos afirman que este alejamiento ya se dio, hay una división de corazones de tiempo atrás, y ha ocurrido en lo que es la base de la vivencia cristiana, es decir, de aquello que identifica a los católicos como tales, como seguidores del Señor, y que por tanto el tema no es simplemente un asunto de “carpintería”, de un buen manejo diplomático, de gestos caritativos o de paz.
Por eso ya muchos, como también vimos lo constata el Herald, ya comienzan a clamar al Vaticano “por una mayor aclaración”, por “decisiones vinculantes”, más fuertes, incluso por “sanciones”. Estos gestos, para decirlo con exceso franqueza, podrían incluso hacer recapacitar a jerarcas-funcionarios, más bien mundanos y aburguesados, que temerían perder su status y sus beneficios. Y sobre todo, prevendrían a la generalidad de los católicos alemanes de lo que es católico y de lo que no lo es, es decir, de lo que es fiel a la Luz del Mundo y de lo que no.
Es un difícil balance, el que debe hacer el Pastor, que busca reunir todas las ovejas, curar a las heridas, pero que también sabe que existen los lobos que pueden secuestrarlas. Ciertamente ese balance ha ocupado tiempo y recursos mentales del Papa Prevost.
¿Surgirá ese tema en el próximo consistorio? Es probabilísamente probable que sí, pues es desde hace rato un asunto delicado de la Iglesia universal. (CCM)





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