El purpurado ofició la misa de acción de gracias por la canonización de la Madre Carmen Rendiles y del médico José Gregorio Hernández.
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Redacción (22/10/2025 10:09, Gaudium Press) La figura de Edgar Beltrán, corresponsal de The Pillar en Roma, ha tomado relevancia por la agresión sufrida en rueda de prensa, al preguntar al sustituto de la Secretaría de Estado, Mons. Peña Parra, si el régimen venezolano no aprovecharía la canonización de dos recientes santos para sus intereses. El agresor: presuntamente un conocido empresario proclive al régimen.
Pero Beltrán ha seguido impávido con sus informes, y ahora refiere las palabras del Cardenal Secretario de Estado Parolin, quien indiscutiblemente criticó al gobierno del país latinoamericano, en la misa de acción de gracias por la canonización de José Gregorio Hernández y la Madre Carmen Rendiles, cuando hizo un llamado al país a “abrir las cárceles injustas” y construir “el respeto por los derechos humanos”. La declaración no es poca cosa, no solo por venir del Secretario de Estado vaticano, sino por boca de quien también fue nuncio en Venezuela por tantos años. Además, el purpurado tenía en frente la propia delegación venezolana a las canonizaciones, en primera fila.
Es más: analistas están considerando que las palabras del Cardenal, que de hecho no son tan fuertes, revelarían un cambio de postura vaticana con relación al país suramericano.
Tras recordar que los nuevos santos venezolanos dieron testimonio de lo que significa “amar de verdad y con obras”, el purpurado expresó que “solo así, amada Venezuela, pasarás de la muerte a la vida. Solo así, amada Venezuela, tu luz brillará en las tinieblas y tus tinieblas se convertirán en mediodía. Escucha la palabra del Señor, que te llama a abrir cárceles injustas, a romper las cadenas de la opresión, a liberar a los oprimidos, a romper todas las cadenas”.
“Solo así, querida Venezuela —continuó el Cardenal, podrás responder a tu vocación de paz, si la construyes sobre los cimientos de la justicia, la verdad, la libertad y el amor; del respeto a los derechos humanos; creando espacios de encuentro y convivencia democrática, haciendo prevalecer lo que une sobre lo que divide, buscando los medios y las oportunidades para encontrar soluciones comunes a los grandes problemas que te afectan, haciendo del bien común el objetivo de toda la actividad pública —continuó—.
Otro lenguaje
Es, sin duda alguna, otro lenguaje con relación a Venezuela, pues antes se preferían las referencias indirectas y una actitud más silenciosa, que también ha recibido sus críticas. Por su parte la Iglesia local, sigue siendo una institución muy prestigiosa junto a la opinión pública, y la vida de fe parece haberse mantenido, cuando no aumentado en algunos sectores.
Días antes de la canonización de los dos santos, los obispos venezolanos publicaron una carta pastoral en la que urgían la liberación de los más de 800 presos políticos que hay en el país.
En el marco de un evento conmemorativo de las canonizaciones, el cardenal Baltazar Porras, arzobispo emérito de Caracas, declaró que la situación en Venezuela era “moralmente inaceptable, incluyendo el aumento de la pobreza, la militarización como forma de gobierno para incitar a la violencia, la corrupción, la falta de autonomía de los poderes públicos y el irrespeto a la voluntad popular”.
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