La Croix África conversó con el purpurado congolés sobre las prioridades de evangelización con los jóvenes en el continente negro.
Redacción (01/03/2023 09:27, Gaudium Press) ¿El catolicismo europeo debe aprender del africano? Es claro, las condiciones son muy diferentes.
Mientras que Europa fue el faro de la fe para el mundo desde hace milenios, de ahí salieron los misioneros que expandieron el cristianismo por todo el orbe, África es un continente aún joven para la fe, donde la fe todavía tiene ese sabor de novedad salvífica, lo que puede explicar en algo su dinamismo aquí, y cierta inercia lenta allá.
Pero también es cierto que cuando se escucha predicar a ciertos sacerdotes africanos por ejemplo en Europa, cualquiera percibe que su fe joven no es por ello ingenua o inexperta, sino sobre todo potente, porque verdaderamente creen, porque las contaminaciones humanas que oscurecen el anuncio de la Buena Nueva de Cristo están más bien ausentes.
Lo cierto es que, como dijo el Cardenal Fridolin Ambongo a La Croix, reproducido por Infocatólica, es evidente que en África hay futuro para la Iglesia, y que eso hará grande al continente: “No hay más que ver los datos objetivos, las estadísticas. Creo que usted conoce la situación de la Iglesia en Europa. La Iglesia en Europa se está muriendo, y cuando vas a las iglesias, están vacías. Las personas que acuden a ellas suelen tener más de 70 años. Cuando estas personas ya no estén, ¿quién asistirá a sus iglesias? Por otro lado, cuando vas al sur, a África, la Iglesia está creciendo, no sólo en cantidad sino también en calidad. Todo indica que el futuro de la Iglesia está en África, porque también en África, cuando vas a todas partes, hay gente joven”.
Para este cardenal congolés, se torna prioridad “cuidar a nuestros jóvenes porque son verdaderamente el futuro de nuestra sociedad, el futuro de nuestra Iglesia”.
Cuidarlos es seguirles dando la leche de la fe, y también darles “la esperanza de un mañana mejor”. El purpurado tiene claro que hay que seguir abordando problemas como “la inmigración de nuestros jóvenes que abandonan el continente para ir a buscar lo que creen que es el paraíso y muy a menudo esto acaba en tragedia. Todo esto nos remite a nuestra responsabilidad como Iglesia de África”. (CCM)
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