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En una solemne celebración en Caieiras, Brasil, el purpurado instituyó a 69 lectores y acólitos y prometió ordenaciones en breve.
Redacción (20/12/2025 15:31, Gaudium Press) Después de más de seis años de espera, por fin se vislumbra una luz en el horizonte para más de un centenar de jóvenes de los Heraldos del Evangelio que han estado esperando la ordenación diaconal o presbiteral.
En la Santa Misa celebrada en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, en Caieiras, Brasil, este sábado 20 de diciembre, el Cardenal Raymundo Damasceno de Assis, arzobispo emérito de Aparecida, confirió los ministerios instituidos de lectorado y acolitado a 69 miembros de los Heraldos del Evangelio. La recepción de estos ministerios es condición para recibir las Órdenes Sagradas, que comienzan con el diaconado.
Su homilía se centró en la idea de la esperanza que no defrauda (cf. Rom 5, 5), inspirada en el lema del jubileo de 2025. Al final de la predicación anunció la tan esperada noticia: «Tengo la esperanza de que en un futuro próximo podamos conferir las Órdenes Sagradas a aquellos que están debidamente preparados». Al concluir su homilía, comentó: «Dentro de unos días, como sabemos, se cerrarán las puertas santas jubilares, pero las puertas de la esperanza en Dios deben permanecer abiertas en nuestros corazones. Diría que deben permanecer aún más abiertas. Entre las antífonas del Ó, la de hoy tiene una alusión indirecta, pero especial, a la esperanza: ‘Oh llave de David, que abre las puertas del Reino Eterno. Oh, ven a liberar de la cárcel al preso sentado en las tinieblas’. Que la esperanza en Dios ilumine los momentos de oscuridad que a menudo hay en nuestra vida y en nuestro mundo. Que esta misma esperanza nos levante, no nos deje sentados o desanimados. Les deseo a todos una feliz y santa Navidad y un bendito año nuevo 2026».
El Cardenal Damasceno fue recibido en la Basílica por una gran afluencia de fieles y por el discurso inicial, pronunciado por el padre Alex Barbosa de Brito, EP, quien lo llamó «mensajero de la paz».
¿Qué significa esta expresión? Como señaló el sacerdote de los Heraldos, el Cardenal Damasceno habla entre líneas.
No se sabe con certeza qué habrá tratado el Cardenal Damasceno con el Papa León XIV recientemente, el pasado 4 de diciembre (memoria de San Juan Damasceno), pero hay señales evidentes de que las tinieblas están dando paso cada vez más a la luz, por usar una metáfora tan común en Adviento y recordada también por la antífona de hoy.
De hecho, los Heraldos del Evangelio han sufrido una situación bastante anómala: casi siete años soportando un comisariado que parecía prácticamente bloqueado y sin ordenaciones diaconales y presbiterales.
El mensaje de paz de monseñor Damasceno es un giro decisivo hacia un desenlace positivo en un futuro próximo. De hecho, el cardenal de Minas Gerais, que sigue en el cargo, apunta claramente a la celebración de ordenaciones en breve.
Al final de la solemne celebración, el padre Alex reiteró la esperanza proclamada en la homilía, por la confianza en la conclusión del Comisariado, cuyo primer gesto concreto fue precisamente la institución de los ministerios de hoy. El sacerdote comentó que el Santo Padre concedió a monseñor Raymundo «las claves de la solución, de la resolución, de la toma de medidas» para dar los próximos pasos.
Al mismo tiempo, hoy se ha anunciado el alcance del próximo Consistorio anunciado en noviembre para los días 7 y 8 de enero de 2026: «Se caracterizará por momentos de comunión y fraternidad, además de momentos dedicados a la reflexión, el diálogo y la oración. Estos momentos tendrán como objetivo promover un discernimiento común y ofrecer apoyo y consejo al Santo Padre en el ejercicio de su alta y grave responsabilidad en el gobierno de la Iglesia universal».
Con la decisión anunciada hoy por el Cardenal Damasceno, el Papa León XIV, incluso antes del mencionado consistorio, da muestras de querer sanar una de las heridas abiertas en la Iglesia en los últimos años, en detrimento de una institución pontificia, los Heraldos del Evangelio, así como de sus millones de seguidores, que no son más que hijos de la Iglesia.
Si se produce el tan esperado desenlace del comisariado, León XIV, a través de su «embajador de la paz», revelará que la paz prometida por él desde el comienzo de su pontificado se realiza no solo con palabras, sino con gestos concretos. Revelará de antemano que reconoce «su alta y grave responsabilidad en el gobierno de la Iglesia universal», ejercida en la comunión, la caridad y la justicia. (LFR).
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