El Cardenal Castillo ha dicho que “en la obra no hay nada”. Pero la Conferencia Episcopal peruana había dicho que el contenido era atentatorio contra la figura de la Virgen.
Redacción (20/01/2025 09:53, Gaudium Press) En declaraciones que están a su vez generando amplio debate, Mons. Carlos Castillo Mattasoglio, Cardenal Arzobispo de Lima, anunció —según publicación del diario La República— que la obra de teatro ‘María Maricón’, deplorada por innumerables ambientes católicos a nivel nacional e internacional, seguirá. La obra es producida por estudiantes de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
“El Arzobispo de Lima adelantó, además, que el festival se ha retomado e incluye la representación escénica de María Maricón, debido a que, si bien hay una imagen distorsionada de la Virgen María en la propaganda, esto no implica que el contenido elaborado por los estudiantes sea una falta de respeto”, noticiaba el diario peruano el día de ayer.
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“‘La mano que desarrolló todo el trabajo para organizar el festival, que está en investigación, no es la misma mano que hizo la propaganda, y esta sale distorsionada, con una desfiguración del rostro de la Virgen María. Sin duda, no es lo que los estudiantes han hecho (…) Los estudiantes organizaron bastante bien el festival y pronto se presentará el festival con todo lo que se ha preparado porque se tiene que conocerse lo que habían realizado los estudiantes’, añadió el Cardenal”, y publica La República.
“En la obra no hay nada. La universidad es un lugar para que haya discernimiento, esclarecimiento, reflexión y visión crítica; por eso, cuida para que se haga con claridad, profundidad y sin frivolidad (..) Debemos evitar la exageración de realizar movilizaciones; aquí nadie ha querido destruir la imagen de la Virgen, aunque la imagen que ha salido es denigrante y todos lo hemos rechazado: los obispos y todos”, afirmó el purpurado a RPP, según reporta La República.
El purpurado pues, ha querido desligar el cartel propagandístico de la obra —donde aparecía un hombre parodiando al Inmaculado Corazón de María— del contenido de la misma.
Entretanto, en la presentación que se hace de la obra se anuncia que ella está pensada para explorar “el conflicto entre lo religioso y el género a través de la deconstrucción de diferentes vírgenes y santas católicas”. Es claro, pues, que el cartel blasfemo que ha suscitado tanto escándalo, está en la línea de esa ‘deconstrucción’ de elementos de lo más sagrado que tienen los cristianos, como es la devoción tradicional a la Virgen y a sus santos. Lo que interesa y suscita inquietudes es saber si la trama y todo el contenido de la representación teatral ahora avalada por el Cardenal Castillo, no va en la línea de la ‘deconstrucción’ de la identidad católica, y si su abordaje del “conflicto entre lo religioso y el género” justamente no será una exposición elogiosa, por ejemplo, de doctrinas como la deplorada ideología de género. Quienes se horrorizaron con el cartel que muchos calificaron de blasfemo, albergan serias dudas acerca de si el contenido de la obra va en la misma línea.
Doctrina católica
En la Constitución Ex Corde Ecclesiae —sobre las Universidades Católicas, promulgada por Juan Pablo II el 15 de agosto de 1990, donde se define y regula la identidad y misión de las instituciones católicas de educación superior— se puede leer que “el objetivo de una Universidad Católica es el de garantizar de forma institucional una presencia cristiana en el mundo universitario frente a los grandes problemas de la sociedad y de la cultura”; asimismo, la Universidad Católica debe poseer, en sus “características esenciales”, “una inspiración cristiana por parte, no sólo de cada miembro, sino también de la Comunidad universitaria como tal”, además de “la fidelidad al mensaje cristiano tal como es presentado por la Iglesia” (n.13).
La Constitución Ex Corde Ecclesiae anima al “esfuerzo por formar una comunidad auténticamente humana, animada por el espíritu de Cristo” (n.21), manteniendo “con la Iglesia una vinculación que es esencial para su identidad institucional” (n.27). “Los miembros católicos de la Comunidad universitaria, a su vez, están también llamados a una fidelidad personal a la Iglesia, con todo lo que esto comporta. De los miembros no católicos, en fin, se espera el respeto al carácter católico de la institución en la que prestan su servicio, mientras que la Universidad, a su vez, deberá respetar su libertad religiosa” (n.27), reza la Constitución citada.
Esta Constitución establece también que cuando surgieren “problemas” acerca del “carácter católico” de este tipo de universidades, “el Obispo local tomará las medidas necesarias para resolverlos, de acuerdo con las Autoridades académicas competentes y conforme a los procedimientos establecidos y —si fuera necesario— con la ayuda de la Santa Sede”.
¿Desmentido del Cardenal a la Conferencia Episcopal peruana?
Queda finalmente abierto el siguiente interrogante: En las declaraciones del Cardenal Castillo Mattasoglio está subentendido que el contenido de la obra producido por los estudiantes de la Pontificia Universidad Católica del Perú, no hay nada atentatorio contra la fe y la moral. Sin embargo, el Comunicado de la Conferencia Episcopal Peruana emitido tras el primer escándalo, afirmaba que la “obra teatral que se presentará los días 30 y 31 de enero próximo [ndr. María Maricón], cuya publicidad, título y contenido instrumentalizan y aluden a la imagen del Inmaculado Corazón de la Virgen María”. Si los obispos se referían no meramente al cartel propagandístico, sino al propio contenido de la obra, hay una contradicción, que cabría dilucidar a las autoridades competentes. (CCM)
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