El antiguo prefecto de Doctrina de la Fe habló con Raymond Arroyo el pasado 5 de octubre en EWTN, sobre comunión a divorciados y obispado.
Redacción (09/10/2023, Gaudium Press) El pasado 5 de octubre el Cardenal Gerhard Müller, prefecto emérito de Doctrina de la Fe, conversó con Raymond Arroyo en el programa que el periodista mantiene en EWTN, World Over. El tema del programa era “El Sínodo de la Sinodalidad”, encuentro el cual participa el purpurado por nominación papal.
Entre otras preguntas, Arroyo indagó con el purpurado su opinión sobre las recientes declaraciones del sucesor del Cardenal Müller en el dicasterio de Doctrina de la Fe, el Cardenal Víctor Fernández, quien dijo en entrevista con Edward Pentin que los obispos no debían juzgar la doctrina del Papa, y habló de una carisma único que solo el Sumo Pontífice tendría. La pregunta de Arroyo fue si la persona del Papa tiene una doctrina o magisterio único referente a él mismo.
“No existe la [sola] doctrina de los papas porque existe en la Iglesia solo la doctrina de Jesucristo, de los apóstoles y de la Iglesia, la confesión oficial de nuestra fe y los papas y los obispos son promotores de esta doctrina, pero no tienen sus doctrinas propias”.
“Cuando el Papa Benedicto XVI escribió su famoso libro sobre Jesús, en el prefacio él distinguió que eso era ‘mi propia opinión teológica pero yo no estoy hablando aquí como Papa”.
“Ciertamente –continuó el purpurado– que el Papa tiene una autoridad especial en la Iglesia con relación a nuestra fe, para la fe católica, pero no es una persona que recibe nuevas revelaciones. La Revelación fue una vez y por siempre dada en Jesucristo; por tanto, esta idea formulada por el nuevo prefecto es una muy nueva y especial idea que nunca había escuchado. Yo fui 16 años profesor de dogmática y conozco todos los documentos sobre el papado y todo en los concilios pero nunca he leído nada sobre este especial carisma o don del Papa solo dado al Papa Francisco y no a los anteriores papas”.
El Cardenal Müller también trató, a instancias de Arroyo, sobre obispos que estarían siendo investigados en indagaciones que tienen relación con sus posiciones conservadoras, como por ejemplo el obispo de Tyler, Texas, Mons. Strickland.
“Los obispos son instituidos por Jesucristo, en el sacramento de la ordenación, con la consagración episcopal, y ellos no son los delegados del Papa, funcionarios del Papa y por tanto, solo en el caso en que ahí esté ocurriendo cualquier cosa errada en la doctrina o en el comportamiento moral, puede ser hecha una investigación, pero no una Visita solo por disciplinar un obispo que es llamado de conservador; qué es ser conservador… un obispo debe ser ortodoxo no conservador en el sentido político (…).
“Critiqué abiertamente y también he hablado que es una vergüenza que cualquier buen obispo ortodoxo esté bajo esta presión y que otras personas que están haciendo muchas cosas erradas, y también heterodoxas o herejías, pueden esperar de Roma gran tolerancia”, dijo.
Sobre la posibilidad de comunión a divorciados, abierta tras respuesta del Dicasterio de la doctrina de la Fe al Cardenal checo Duka, algo que parecería contradecir “el Concilio de Trento, la encíclica Veritatis Splendor de San Juan Pablo II de 1993”, pregunta Arroyo al Cardenal Müller si el “adulterio no es más un pecado y si los adúlteros son bienvenidos a la comunión ahora. ¿Es una evolución de la doctrina la que estamos viendo?”
Responde el Cardenal que “pienso que es muy claro en el Antiguo Testamento los Mandamientos y el Nuevo Testamento que todo comportamiento sexual afuera de un legítimo matrimonio es un pecado mortal y algo que nadie puede cambiar es la Palabra de Dios, y estas declaraciones, interpretaciones en este sentido no son solo contra los documentos de los anteriores papas y los concilios, sino que van directamente contra la Palabra de Dios y lo que dijo el Concilio Vaticano II de que el magisterio no es superior a la Palabra de Dios sino que está bajo la Palabra de Dios y la sirve y ni el Papa ni nadie en la Iglesia tiene la autoridad para relativizar los Mandamientos de Dios”.
“[El Papa y el Cardenal Fernández] dicen que son excepciones, pero en algunos casos no son excepciones y no podemos relativizar a la Palabra de Dios con la llamada ‘ética de la situación’”, es decir una acomodación de la ética a “nuestra condición subjetiva y no a unas condiciones objetivas para los sacramentos”, puntualizó el Cardenal.
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