El antiguo prefecto de la Doctrina de la Fe dio declaraciones con trasfondo histórico sobre lo que ocurrirá el próximo 3 de noviembre. “Se trata de las alternativas irreconciliables de democracia o dictadura”, es decir, el modelo americano o la dictadura comunista china.
Washington (05/10/2020 14:38, Gaudium Press) Las declaraciones del Cardenal Gerhard Muller, dadas la semana pasada en entrevista a Breitbart News quieren tener suma profundidad histórica. Se aventuró al purpurado alemán en un campo difícil, y lo hizo de forma decidida:
“El resultado de las elecciones estadounidenses determinará si Estados Unidos sigue siendo la potencia líder en el mundo – por la libertad y la democracia – o si una dictadura comunista asumirá ese papel para la comunidad global,” dijo el antiguo prefecto de la Doctrina de la Fe. Dictadura comunista, refiriéndose a la China. Y por tanto, lo que pase en EE.UU. el próximo 3 de noviembre, afectará decisivamente a todo el globo.
No es una competencia deportiva.
“El mundo está mirando a Estados Unidos porque esta fatídica elección determinará el futuro de la democracia y los derechos humanos en las próximas décadas.”
“La rivalidad entre Estados Unidos y la China comunista no es una competencia deportiva por el primer o segundo lugar de las superpotencias,” continuó. “Se trata de las alternativas irreconciliables de democracia o dictadura.” Se infiere de sus palabras, sin temor a traicionar el pensamiento del Cardenal, que él opina que una victoria de la dupla Biden-Harris dejaría el camino libre a la China para desbancar a los EE.UU. de la primacía de las naciones.
Desde la Segunda Guerra Mundial hasta la Guerra Fría, “el mundo libre le debe al pueblo estadounidense la salvación de la civilización occidental, que tiene su fundamento en la libertad y la dignidad de cada persona”. Pero ahora ese legado “está siendo desafiado” por China.
Pero el Cardenal va más allá. Él incluso invita a la nación americana a enfrentar la hegemonía que pretende establecer China en el orbe, también para beneficio del propio pueblo chino:
“Debido a que Estados Unidos es la primera potencia en el mundo libre, también debe poner fin al dominio imperialista de una superpotencia comunista que busca la dominación mundial y permitir que el pueblo chino y otros pueblos oprimidos entren en la comunidad y la solidaridad de los pueblos libres”.
Por esto, apela a los católicos, y también a los cristianos, a que miren con profundidad las repercusiones de esta elección, desde “la verdad del valor absoluto de cada persona individual”, y la “libertad de religión”, hasta las dimensiones más profundas de lo que está en juego en este momento de la historia mundial, en lugar de ofrecer un juicio basado en sensibilidades subjetivas y preferencias ideológicas”.
“Tres puntos son decisivos en las próximas elecciones,” resumió el purpurado. «Primero, el ‘sí’ a la vida contra el aborto, segundo, la libertad de religión contra la transversalización de la ideología de género, y tercero, la misión de Estados Unidos de defender la democracia y los derechos humanos contra las dictaduras.”
Con información de LifeSiteNews
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