Este derecho es damnificado en la nueva ley de educación, la llamada Ley Celaá, que acaba de ser aprobada en el Congreso de los Diputados de España.
Madrid (19/11/2020 17:23, Gaudium Press) Tras la aprobación de la llamada Ley Celaá por el pleno del Congreso de los Diputados español, cobran actualidad advertencias hechas por el Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid, a ese texto, advertencias hechas en su carta semanal. Pasa ahora el texto en su recta final al Senado, tras haber obtenido solo dos votos más de los requeridos para ser aprobada.
Son los padres los primeros educadores, y el Estado debe auxiliarlos
Afirmó el Cardenal Osoro que, tal como lo consagra la doctrina de la Iglesia, “los padres, al haber dado la vida a los hijos, tienen la gravísima obligación de educar a la prole y, por consiguiente, deben ser reconocidos como los primeros y principales educadores de sus hijos”. Y que “la tarea de impartir la educación, que compete en primer lugar a la familia, necesita de la ayuda de la sociedad”.
Por eso afirma el purpurado que hay que “proteger los derechos y deberes de los padres y de quienes participan en la educación y prestarles ayuda, conforme al principio de su deber subsidiario”, a fin de “completar la obra educadora teniendo en cuenta los deseos de los padres”.
El Cardenal se preguntó si con la nueva ley realmente se abordan “las necesidades reales que surgen en esta nueva situación de la humanidad o las que, desde una ideología estimamos”.
También dijo que “se deben garantizar y asignar recursos económicos y personales a todas las escuelas, tanto a las escuelas públicas concertadas de iniciativa social como a las escuelas públicas de iniciativa estatal”.
La escuela concertada, la gran damnificada
Según muchos críticos, la gran damnificada de la ley Celaá es la escuela concertada española, muchas de ellas dirigidas por entes de inspiración católica. Las familias perderían el derecho a elegir el centro educativo de sus hijos, y será el Estado el que regule la admisión en centros públicos y privados concertados.
Entre otras reformas, la nueva ley de educación también elimina la obligación de cursar una materia alternativa a Religión, y su calificación no entrará a integrar la media para becas o acceso a la educación superior.
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