Dijo que espera que no complique el diálogo de la Santa Sede con China, en vista de la refrendación del acuerdo en octubre.
Redacción (13/05/2022 15:14, Gaudium Press) El Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin, reaccionó al arresto de unas horas que sufrió el nonagenario Cardenal Joseph Zen Ze-kiun, el miércoles pasado en Hong Kong, por supuesto atentado a la seguridad nacional.
Dijo el purpurado italiano que “lamenta mucho” ese arresto y que esperaba que no complicara el diálogo de la Santa Sede con China.
“Me gustaría expresar mi cercanía al Cardenal que fue liberado y bien tratado”, dijo el cardenal Parolin el 12 de mayo.
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Afirmó el Cardenal Parolin que el arresto del cardenal chino no debe ser visto como una “una desautorización” del acuerdo que la Santa Sede mantiene con el gobierno de Beijing, y que debería ser refrendado el próximo octubre.
Ese mismo día Mons. Paul Gallagher, secretario vaticano para las relaciones con los Estados, dijo que el diálogo con los funcionarios del partido comunista chino “no siempre era fácil” y que no siempre se veían “los resultados deseados”.
El acuerdo sino-vaticano, que aún se mantiene en el misterio, es particularmente sobre la designación de obispos en el territorio chino. Debido a la naturaleza secreta del acuerdo, muchos han especulado sobre un posible excesivo poder de injerencia de las autoridades comunistas en algo que es del resorte de la Iglesia.
En declaraciones de la oficina del Ministerio de exteriores chino sobre el arresto del Cardenal Zen y compañeros, se afirmó que este arresto no tiene que ver con lo que hacen o los antecedentes religiosos de los arrestados, sino que ellos son “son sospechosos de conspiración en colusión con países extranjeros o fuerzas extranjeras para poner en peligro la seguridad nacional, un acto de naturaleza severa”.
Desde que entró en vigor en Hong Kong en el 2020 la Ley de Seguridad Nacional, que creó los delitos de “sedición” y “colusión extranjera”, han sido arrestadas más de 180 personas. Son muchos los que afirman que esta ley no es otra cosa sino un instrumento de persecución política del Estado hacia sus contradictores.
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