En la obra, el Cardenal se ocupa de cierta decadencia espiritual del clero, y dibuja el perfil del buen presbítero de hoy.
Redacción (26/10/2021 17:21, Gaudium Press) El Cardenal Robert Sarah, prefecto emérito de la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, acaba de publicar un libro titulado ‘Al servicio de la verdad. Sacerdocio y vida ascética’.
En la obra, el cardenal se ocupa de cierta decadencia moral y espiritual del clero, advirtiendo de los peligros que existen en la Iglesia hoy, como el arribismo y la mundanidad, también presentes en las redes sociales.
Cuidado con la liturgia y cuidado de las almas
En su libro, el cardenal africano destaca que el buen sacerdote no se deja manipular en entrevistas televisivas, sigue la liturgia con atención sin inventar nada, pues sabe que su misión es reproducir la liturgia que se actualiza en el Cielo. Además, ayuda a los pobres confiando en la Divina Providencia.
Para poder mantener este celo por su ministerio, el sacerdote necesita tener una fuerte vida de oración, siendo exigente en su vida espiritual. Su celo por las almas debe ser intenso, preocupándote en todo momento por la salvación eterna de las ovejas confiadas a su cuidado.
Ejercicios espirituales para sacerdotes
La publicación también presenta los textos de los ejercicios espirituales que el Cardenal Sarah dio a un grupo de sacerdotes de la Asociación Amicizia Sacerdotale Summorum Pontificum, en febrero de 2020.
En ellos, analizó la situación actual del clero, la formación del seminario, advirtió de las posibles tentaciones que se presentan a los sacerdotes en el mundo contemporáneo, y destacó la importancia de la liturgia y el apostolado en la vida sacerdotal.
Para el Prefecto Emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, los ejercicios espirituales representan un momento importante en la vida del sacerdote. “Acerquémonos a estos ejercicios espirituales con ganas de meditar y contemplar las cosas que ya sabemos, para que realmente las conozcamos y, por tanto, las vivamos”, afirmó. (EPC)
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