El purpurado afirmó que los creyentes se ponen en las manos de Dios ante un futuro incierto causado por la injerencia china sobre Hong Kong.
Hong Kong (29/05/2020 20:28:38, Gaudium Press) El Cardenal Joseph Zen, Obispo emérito de Hong Kong, expresó su profunda preocupación sobre las nuevas leyes chinas de seguridad nacional que podrían anular la autonomía de Hong Kong. Para el purpurado esto significa un gran riesgo para la Iglesia y una probable reducción de la libertad religiosa local.
Peligros para la Iglesia en Hong Kong
«No tenemos nada bueno que esperar. Hong Kong simplemente está bajo el control completo de China», indicó el Card. Zen en una entrevista concedida a CNA. «Dependemos de China incluso para nuestro alimento y agua, pero nos ponemos en las manos de Dios». Las nuevas normativas permitirán la persecución de cualquier actividad considerada como una interferencia foránea o una actividad favorable a la secesión o la subversión del poder estatal chino.
Debido al preocupante historial de vulneración de la libertad religiosa en China, estas leyes podrían convertirse en una herramienta de persecución de los creyentes. En no pocas ocasiones, sacerdotes y laicos han sido acusados de actuar en contra del estado por su negativa a inscribirse en la Iglesia oficialista. Las comunidades de fe consideradas subterráneas o clandestinas corren el riesgo de la supresión estatal, el cierre de sus templos o incluso penas de prisión y trabajos forzados (ver noticia anterior).
El purpurado lamentó el silencio ante los sufrimientos del pueblo Chino. «Usted puede imaginarse en todos estos años, con toda la persecución incrementándose en China, con todas las crueldades y las brutalidades de la policía sobre nuestros jóvenes», exclamó el Card. Zen, quien hizo un llamado a una mayor presión para exigir el respeto de los derechos. «Dependemos de la ayuda del cielo… desde la perspectiva humana no tenemos nada que esperar».
Con información de Catholic World Report.
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