jueves, 21 de noviembre de 2024
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Cardenal Zen dice que el Papa quiso cambiar doctrinas o disciplinas de la Iglesia en cada sínodo

El purpurado emitió un documento comentando el desarrollo del recientemente terminado Sínodo de la Sinodalidad.

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Redacción (13/11/2024 10:05, Gaudium Press) Documento que está recorriendo las redacciones católicas del mundo entero, la reciente comunicación del Cardenal chino Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, es por demás aguda.

El título, ya evidencia el tema e insinúa la línea: “¿Terminó sin problemas el Sínodo de la ‘Sinodalidad’?” (Did the Synod on “Synodality” End Smoothly?)

Destacamos de este documento algunos de sus trechos.

Después de destacar que este último sínodo se aleja de la forma cómo ese tipo de encuentros fue constituido por Pablo VI —un instrumento para periódicamente obtener la opinión de los sucesores de los Apóstoles sobre temas específicos— pues el Papa Francisco “con su personal autoridad, invitó a 96 laicos hombres y mujeres a participar en el Sínodo como miembros con derecho a voto”, afirma el purpurado que “de los ‘Sínodos’ celebrados bajo el Papa Francisco, podemos ver que él quiere cambiar las doctrinas o disciplinas de la Iglesia cada vez, en lugar de discutir cómo salvaguardar estas doctrinas y disciplinas”.

El Pontífice “utilizó el Sínodo sobre la Familia (2004-2005) para intentar permitir que los católicos divorciados y vueltos a casar reciban la Sagrada Comunión. Quiso utilizar el Sínodo de la Amazonia para introducir ‘la ordenación de laicos casados ​​altamente respetados’ (viri probati) como sacerdotes’. Y para el Sínodo de esta vez, de las dos figuras principales que nombró y de los documentos emitidos por la secretaría, podemos ver que tiene algunos objetivos más amplios: cambiar el sistema jerárquico de la Iglesia (reemplazarlo por un grupo democrático de personas bautizadas); establecer diáconos femeninos (abriendo el camino para sacerdotes mujeres); abolir el celibato sacerdotal; y cambiar la doctrina tradicional sobre la ética “sexual” (empezando por las bendiciones de las parejas homosexuales)”, afirma el purpurado chino.

Tras decir que, para alcanzar estos objetivos, el procedimiento interno del sínodo enfatizaba el compartir pero limitaba las discusiones, todo guiado por unos llamados “facilitadores”, el Cardenal Zen dice que la agenda propuesta “fracasó”.

“Aunque hubo pocas discusiones formales en la asamblea, los ‘líderes’ encontraron una fuerte oposición cuando propusieron su agenda. Incluso el Papa afirmó, fuera del sínodo, que no habría diáconos mujeres. La asamblea parece no haber discutido la ‘abolición del celibato sacerdotal’, un tema que ya se había discutido muchas veces en sínodos anteriores”.

Aunque la sesión del “Sínodo de los Obispos de 2023 no tomó ninguna resolución”, “todos asumieron que los temas serían discutidos y votados en la asamblea del sínodo de 2024”. En el entretiempo, “el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, entre los Sínodos de 2023 y 2024, emitió una fuerte declaración ‘Fiducia Supplicans’, insistiendo en que el clero puede bendecir ‘parejas homosexuales’ en ciertas circunstancias. Esta declaración causó una división sin precedentes en la Iglesia, con los obispos africanos a la vanguardia de la protesta, y una gran confusión entre los fieles. La declaración, finalmente, quedó en suspenso”.

“Pero luego, hubo otra sorpresa. Entre los Sínodos de 2023 y 2024, el Papa anunció que había confiado a varios grupos de estudio que estudiaran todos esos temas controvertidos y que ellos deberían presentar sus respuestas en 2025. Este enfoque, por un lado, decepcionó a los radicales; por otro, dejó a los tradicionalistas preocupados por cómo se resolverían finalmente esos problemas”, señala el Cardenal.

¿Qué restó entonces de las discusiones del pasado mes de octubre?, se pregunta el purpurado: “¡Sinodalidad! ¡Iglesia sinodal! ¡Iglesia en la que ‘los bautizados’, un grupo democrático, ‘hablan juntos y caminan juntos’!”, afirma. Pero ocurre que “un documento emitido por la Santa Sede en 2018, con la aprobación del Papa, afirmó claramente que la sinodalidad es el principio por el cual la jerarquía guía al cuerpo eclesial a través de los sínodos (concilios ecuménicos y sínodos estatutarios en todos los niveles) de acuerdo con la ley”.

“Se trata de dos eclesiologías completamente diferentes. Una es la enseñanza de la Constitución dogmática sobre la Iglesia del Concilio Vaticano II (Lumen Gentium). La otra es el camino que siguió la Iglesia holandesa inmediatamente después del Vaticano II (incluso publicaron un nuevo catecismo; y hoy la Iglesia en los Países Bajos está moribunda). Se trata del “camino sinodal” que ha seguido la Iglesia alemana, iniciado antes de que se convocara en Roma el Sínodo sobre la sinodalidad (esto no se ha detenido hasta ahora, y la Iglesia alemana ha perdido medio millón de miembros en 2022). La Iglesia anglicana en Inglaterra tiene obispos mujeres y ha aprobado los matrimonios entre personas del mismo sexo, ahora el 80% de la comunidad anglicana mundial, la Global Anglican Future Conference, ha anunciado que ya no reconocerá al arzobispo de Canterbury como su Primado”.

Una peligrosísima propuesta rechazada – Pero el futuro es ‘fluído’

“El Instrumentum Laboris del Sínodo de 2024 recomienda que las conferencias episcopales de cada país gocen de ‘autonomía para determinar la ‘Doctrina’. [Pero] ¿No significa eso que la Iglesia católica se vuelve igual que la Iglesia anglicana? ¿Ya no seremos más la una, católica y apostólica Iglesia? Ni tampoco la Iglesia santa, porque ya no hay enseñanzas éticas fiables que lleven a los fieles a distinguir el bien del mal”.

“Ante tan terrible peligro, algunos obispos y cardenales llamaron a los fieles a rezar. El Espíritu Santo nos ha bendecido, la asamblea no ha aprobado esa terrible propuesta. Sin embargo, la conclusión del Sínodo ‘ha dejado un rastro’. La larga sección de la Parte IV del documento final, donde se habla de los vínculos para la unidad: conferencias episcopales y asambleas eclesiales (párrafos 124-129) hace algunas buenas aclaraciones, pero deja muchos puntos por aclarar para futuras reflexiones ‘sinodales’. El futuro sigue siendo muy fluido”, expresa.

El Cardenal siembra la duda sobre si “¿ha concluido realmente el Sínodo sobre la sinodalidad?”

Resalta el Cardenal Zen que “Todos saben que el Papa cree en el “proceso” (el tiempo es mayor que el espacio). Lo que no se pudo lograr en esta asamblea, se puede lograr en el proceso que comienza ahora. El Sínodo ha terminado, ¡pero la Iglesia sinodal comienza ahora! ¡Tenemos que vivir en ella!”

“Solo podemos confiarnos al Espíritu Santo. ¡Nuestra Señora, Auxilio de los Cristianos, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros!”, concluye el purpurado, en una comunicación que lleva por fecha el día de la “Dedicación de la Basílica de Letrán”.

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