Hoy la Iglesia conmemora la institución del Papado. El magisterio de los Papas es la luz del mundo.
Redacción (22/02/2024, Gaudium Press) Hoy que se conmemora la fiesta de la Cátedra de Pedro, es decir, del Papado, conviene recordar cuál es la grandeza y necesidad de este don para el mundo.
Se celebra la fiesta de una Cátedra, es decir, de un lugar en donde se imparten enseñanzas, que cuando se reúnen las condiciones de la infalibilidad, establecidas en el Concilio Vaticano I, es infalible. Ella es por tanto, la Cátedra de la Ortodoxia, y por ello, si se quiere saber qué es ortodoxo y qué no, pues es sólo recurrir a la enseñanza bi-milenaria de los Papas, para determinarlo.
Además, hoy se celebra que esta Cátedra es un gobierno real y efectivo que Jesucristo dio a toda la Iglesia que Él fundó.
En la nave central de la Basílica de San Pedro, se encuentra una imagen negra, que representa al Papa. Esa imagen tiene también unas llaves simbólicas, que representan el poder del Papa, directo sobre las cosas espirituales, indirecto sobre las cosas temporales, la llave de oro y la llave de plata. Es decir, el gobierno del Papa es directo sobre las almas en materia de fe y moral, y es indirecto sobre las cosas temporales, las cosas civiles, en cuanto estas cosas tienen relación o tocan en la fe y en el moral.
La autoridad del Papado
No existe autoridad en la Tierra por encima del Papa.
Es hoy, pues, el día de agradecer y glorificar a Dios por haber instituido esta autoridad, que durante dos mil años ha gobernado la Iglesia, y la ha iluminado con la luz de su sabiduría e infalibilidad, sin la cual el mundo estaría completamente perdido, la Iglesia destrozada y por ello el mundo perdido.
Si el mundo tiene un horizonte, un faro que la guía, es porque desde San Pedro la voz de Dios, la voz de Cristo, se ha hecho escuchar a través de la garganta de los Papas, incluso aunque estos tengan fallas humanas.
Seguir la enseñanza de los Papas es seguir el camino al cielo, y este amor al Papado trasciende las fallas de tal o cual personaje histórico, pues lo que veneramos es a Cristo enseñando y gobernando su Iglesia por intermedio de la autoridad que Él mismo instituyó, una autoridad que es garantía de la perennidad de la Iglesia:
“Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”.
El mundo está enloquecido porque no siguió la enseñanza de los Papas. El mundo enderezará sus caminos cuando vuelva a ellas.
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