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Por mucho que pueda tener un significado folclórico o incluso lúdico, la costumbre de celebrar Halloween no es católica y debe evitarse.
Redacción (31/10/2024 09:33, Gaudium Press) Halloween es una fiesta que se remonta a raíces paganas, con un enfoque en lo oculto, y no debemos ignorar este hecho. Sin embargo, hoy queremos resaltar su efecto en la imaginación de las personas, especialmente de los niños y jóvenes.
¿Son el mal y lo monstruoso, cuando se convierten en broma, tan inofensivos para la cultura y los valores del ser humano?
La banalización de Halloween, como si nada, hace que la gente se acostumbre a lo feo y falso.
En una época donde los jóvenes admiran calaveras, zombies, monstruos y brujas, tanto en la ropa como en las películas y las fiestas, la precariedad cultural de la sociedad y el predominio de la violencia y la promiscuidad se hacen evidentes.
Por lo tanto, los católicos no deben celebrar esta fecha, para no fomentar el culto a aquello que es feo y nocivo para la imaginación, además de ser un camino hacia la mala acción.
Origen
Los celtas creían que el último día del verano (31 de octubre) los espíritus salían de los cementerios para poseer a los vivos y conducirlos al mundo de los muertos.
Para ahuyentar a estos malos espíritus, la gente adoptó la costumbre de decorar sus hogares con objetos aterradores, como calaveras, huesos decorados y calabazas con diseños.
El término “Halloween” aparece más tarde, fruto del contacto entre la cultura celta y el cristianismo. Así, “All Hallows-eve”, la víspera de Todos los Santos (solemnidad del 1 de noviembre), que era la noche de las brujas, dio origen a “Halloween”.
Pero, hoy en día, ¿tiene esta fiesta algún significado espiritual? ¿Es una práctica inofensiva?
Aunque no los veamos, los espíritus malignos son seres inteligentes que actúan para perder almas. No los vemos, pero sufrimos sus ataques todo el tiempo.
El ser humano está llamado a contemplar la belleza, que representa la armonía de todo lo bueno y verdadero, es decir, la belleza es la manifestación misma de Dios.
Por tanto, cabe preguntarse: ¿no se convierte Halloween en un medio, como tantos otros, para robarle a la gente la referencia de lo que es bueno, bello y verdadero?
Fuente: Arautos Cotia
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