Se trata de CathAssist, que traducía al chino las audiencias generales y los Ángelus del Papa, y ofrecía la posibilidad de seguir la misa online.
Redacción (06/09/2022 15:32, Gaudium Press) La persecución a los católicos chinos no cesa.
Ahora las autoridades comunistas eliminan del ciberespacio el “Pequeño Asistente de la Iglesia Católica”, la aplicación más famosa y más usada por los fieles católicos en toda la China. Simplemente no renovaron la autorización para que esta pudiera permanecer en línea.
El hecho fue dado a conocer el pasado 23, cuando el equipo desarrollador de la App anunció la suspensión.
Entre otras funciones, CathAssist no solo traducía al chino las audiencias generales y los Ángelus del Papa, sino que también ofrecía la posibilidad de seguir la misa online, traía el Evangelio del día, y ofrecía comentarios a las Escrituras.
Prohibiciones de la dictadura comunista
La medida es consecuencia del draconiano reglamento entrado en vigor el pasado 1 de marzo, que prohíbe “hacer proselitismo en línea, organizar cursos de educación religiosa a través de Internet y publicar sermones o contenido relacionado con la religión”. Ahora, cualquier trasmisión de misas en vivo, o diferido, requiere de una autorización específica gubernamental.
Pero hay más.
De acuerdo a estas nuevas regulaciones, no se puede vender el evangelio de forma online, y palabras como Jesús, Amén o Cristiano no pueden utilizarse en las redes sociales chinas, entre otras WeChat.
En declaraciones sobre la no renovación de la licencia, los desarrolladores explicaron que el gobierno exigía una reducción tal del contenido, que lo hacía irrelevante. Por tanto, es probable que las autoridades comunistas les hayan pedido no transmitir la misa online ni divulgar más discursos papales.
En esa línea, un importante miembro del Politburó del Partido Comunista Chino, Wang Yang, dijo a un grupo de católicos que pertenecen a la Asociación patriótica china, que “deben adherirse resueltamente al principio de independencia (del Vaticano), resistir la infiltración de fuerzas extranjeras y salvaguardar los intereses de soberanía, seguridad y desarrollo de China”.
Son cada vez más los fieles que no entienden como – en esas condiciones – se va a renovar por segunda vez el acuerdo secreto entre la China y el Vaticano el próximo octubre.
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