El P. François-Maria Léthel, consultor de la Congregación para las Causas de los Santos, afirma que lo “más urgente es poder dar la comunión a los fieles”.
París (30/04/2020 17:29, Gaudium Press) Ante la negativa del gobierno francés de retomar el culto en las iglesias al menos hasta antes del 2 de junio, las iniciativas para proporcionar la eucaristía a los fieles empiezan a pulular. Una de ellas es la del P. François-Maria Léthel, carmelita descalzo y consultor de la Congregación para las Causas de los Santos.
“No perdamos tiempo luchando con los gobiernos. Lo más urgente es poder dar la comunión a los fieles. En comunión eclesial y en un diálogo confiante y abierto entre obispos, sacerdotes y laicos, es preciso buscar, explorar e inventar todas las vías posibles para dar Jesús Eucaristía a todos, también fuera de la celebración de la misa y de los lugares de culto, como se hace por los enfermos”, expresa el carmelita.
Propuestas concretas
«Se podría así dar ampliamente a los sacerdotes el permiso de celebrar eucaristías domésticas en las casas de los fieles, para llegar hasta las familias, también con el permiso de guardar la Presencia Eucarística en esas casas seguras, recordando que ya en el pasado, familias cristianas tenían el permiso excepcional de un oratorio. Así sería posibles para esas familias y sus vecinos vivir en conjunto la adoración eucarística, la celebración de la Palabra y la comunión», dice el P. Léthel.
Recuerda el sacerdote que en los tres primeros siglos de la Iglesia – tiempos de persecución – la vida sacramental no estaba ligada a lugares de culto determinados: “Antes de Constantino, se celebraba en casas privadas, particularmente en aquellas de las grandes damas romanas. Si hoy el gobierno impide la celebración en las iglesias, nada nos prohíbe celebrar la misa en las familias, e incluso en las familias ampliadas (parientes, amigos, vecinos…)”.
Nuevas misiones para los ministros de la Eucaristía
Las anteriores propuestas darían pie a un visión ampliada y renovada de los ministros de la eucaristía. Estos, en el pensamiento del P. Léthel “deberían ser ahora más numerosos, con una formación acelerada y adaptada a la nueva situación. Cada vez más fieles son ya bien preparados para ello. (…) Ellos están listos para llevar la comunión pero también para guardar la eucaristía la casa. Los sacerdotes deben simplemente confiar esta misión a cristianos serios que ellos conozcan, nada más”.
Comunión espiritual – comunión sacramental: la voz de los santos
Reconoce el carmelita los beneficios de en estos días invitar a través de los medios a realizar la comunión espiritual, “pero esta comunión espiritual no reemplaza la comunión real. Hay hoy una gran necesidad de dar la comunión a los fieles fuera de la misa. Hay urgencia. El pueblo de Dios no debe quedar mucho tiempo en esta situación”.
Recuerda en sus declaraciones a Famille Chrétienne el sacerdote carmelita el gran aprecio de santos por la comunión sacramental frecuente, como Santa Teresita del Niño Jesús, la co-patrona de Europa Santa Catalina de Siena o el Venerable vietnamita Monseñor Vant Thuan, quien “desde el inicio de su detención en las prisiones comunistas vietnamitas, había logrado tener un poco de vino en un frasco de ‘medicamentos contra el mal de estómago’, con pequeñas hostias escondidas. Él podía pues celebrar la misa cada día con tres gotas de vino en la palma de la mano y un fragmento de hostia en la otra. Él celebraba totalmente solo durante el periodo de aislamiento. ¡Qué ejemplo! Los santos tienen este amor de la eucaristía que ellos consideran como la más grande unión con Dios en Jesucristo”.
Y concluye el sacerdote recordando la encíclica Mysterium fidei, de Pablo VI, texto muy importante sobre la devoción eucarística, donde se trata de la necesidad del cristiano del acceso a Jesús sacramentado.
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